Felipe de Asturias y Grecia fue proclamado como el nuevo Rey de España tras la abdicación de su Padre Juan Carlos de Borbón.
La ceremonia, ante parlamentarios de distintas tendencias, con la presencia de tres ex presidentes del Gobierno- los socialistas Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y el popular José María Aznar – fue solemne pero sin el boato acostumbrado en otras casas reales
El Rey proclamó en su discurso la búsqueda del consenso y dijo que la unidad no es uniformidad. Felipe VI habló de un reinado con integridad, honestidad y transparencia. El monarca recordó la diversidad de lenguas que se hablan en España pero no aludió a la plurinacionalidad que muchas autonomías promueven y que buscan vida independiente.
Felipe VI supo definir su neutralidad política como Jefe de Estado. Asume la corona – presente de modo simbólico en el hemiciclo parlamentario – en medio de una honda crisis económica.
Con una mayoría significativa de senadores y diputados hay que tomar nota de las ausencias de legisladores pro republicanos del Grupo Mixto y de la izquierda. Varios sectores sociales, como muestra de libertad de expresión, hablan del fin de la monarquía. Ese camino solo podría hacerse, respetando el Estado de Derecho que impone la Constitución de 1978, refrendada por el pueblo en las urnas, con una reforma constitucional avalada por el voto. Las tensiones económicas y sociales no parecen ser el marco adecuado para ese debate que ,por lo demás, tarde o temprano puede llegar.