A tres meses del inexplicable y terrible secuestro de los miembros de esta casa periodística, sus cuerpos retornaron.
Tras la noticia de su secuestro en territorio ecuatoriano y su posterior asesinato -que fue un golpe a la vida civilizada del país-, la reciente detección de sus cuerpos en la zona de Tumaco, Colombia, cierra un capítulo doloroso.
Se abre ahora una nueva fase de exigencias y explicaciones solicitadas a los estados de Ecuador y Colombia, en búsqueda de verdad y de justicia.
El asesinato de quienes murieron en cumplimiento del deber de informar a la ciudadanía sobre el estado de cosas en la frontera norte, pone en perspectiva el valor social y democrático del periodismo nacional; del trabajo de este y otros medios colegas para informar en libertad y con rigor sobre la realidad, incluso en zonas delicadas.
En el caso de EL COMERCIO, los tres ayudaron a reflejar con sus reportajes la realidad reciente en la frontera norte, a partir del atentado junto al cuartel policial de San Lorenzo, a finales de enero.
Decenas de periodistas, fotógrafos y conductores elaboraron, a su tiempo, miles de reportajes a lo largo de dos décadas, escrutando la realidad de pobladores y pueblos expuestos a grupos irregulares y a actividades ilícitas.
Ante un país generoso y solidario, unas familias luchadoras y la memoria y ejemplo inolvidables de nuestros compañeros que pronto descansarán en paz, este Diario renueva el compromiso de su equipo: ‘Nadie se cansa’.