Perú ha sido noticia intensa a nivel mundial durante todos estos días. Mientras el Presidente salvó el escollo de la destitución, Alberto Fujimori fue indultado.
Fujimori cumplía una condena de 46 años por delitos de lesa humanidad, atentados contra los derechos humanos en la dura represión para acabar con la mortal incidencia del grupo terrorista Sendero Luminoso que ensangrentó Perú con cerca de 100 muertes.
Además, afrontó juicios y sentencias por actos de corrupción.
Pero mientras el expresidente y dictador penaba su condena sus hijos se lanzaron a la política con éxito relativo. Dos candidaturas presidenciales de Keiko Sofía y el principal grupo político parlamentario encabezado por Kenji.
Pero ese mismo grupo fue el que le plantó cara al presidente Pedro Pablo Kuczynski, (PPK) para enjuiciarlo políticamente y pedir su vacancia.
PPK fue ministro del presidente Toledo y su empresa, consultora de Odebrecht, cuando todavía no se cuestionaba su accionar ni se sabía de su conducta corrupta. Con en su defensa PPK pidió perdón, adujo no saber de los negocios de su empresa pero juró su inocencia y transparencia. Su abogado hizo un brillante alegato en el Congreso.
Pero el haber salvado su presidencia sin censura pudo haber tenido un precio alto. Pronto llegó el indulto presidencial para Alberto Fujimori, enfermo de gravedad, pero indiscutible responsable de la represión. Hoy la polémica instala otra dura tormenta política.