Una de las caras de la contracción económica es el crecimiento del crédito informal. Un tema espinoso y penado por la Ley.
El Código Orgánico Penal Integral (COIP) sanciona con 10 años la usura. Las tasas que cobran los prestamistas informales alcanzan cifras sorprendentes.
Unas tasas exorbitantes que han crecido del 10% mensual hasta 20% este año vuelven insostenible la actividad comercial de miles de vendedores informales. El cálculo conduce a la tasa estrafalaria de 240% anual. ¡Increíble!
Sin embargo, la falta de liquidez lleva a varios comerciantes a acudir a préstamos de esta naturaleza. Los propios prestamistas informales, a quienes la voz popular llama chulqueros, tienen dificultades para acceder al dinero.
En la pirámide de la economía la base sostiene el peso de una situación complicada. Los primeros desplazados del acceso al crédito -que se ha restringido por una crisis que el Gobierno no quiere admitir- son los comerciantes informales o los que antes accedían a un microcrédito, que ahora se entrega con suma dificultad. Las empresas formales extreman los recaudos, deben cuidar con celo la recuperación de su cartera.
De acuerdo con la nota de EL COMERCIO del fin de semana, los chulqueros no solo se limitan a prestar dinero a tasas usurarias; ahora muchos entregan mercadería y cobran sus réditos día a día; los altos costos del dinero sucio de la usura muestran el rigor de la crisis. Se debe hallar salidas para evitar el encarecimiento del crédito y por ende de los productos.