El uruguayo Luis Almagro fue designado como nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) y se posesionará el 26 de mayo.
Almagro, senador y miembro del Movimiento de Participación Popular -que conforma el Frente Amplio, la coalición que gobierna Uruguay-, fue canciller del presidente José Mujica.
La suma de 33 votos, de un total de 34, muestra, en primera instancia, que los acuerdos previos para conseguir apoyo para quien sucederá al chileno José Miguel Insulza fueron fructíferos.
La tarea del nuevo Secretario General es, sin duda, repotenciar el valor y la eficacia del organismo, que ha mostrado debilidades propias de las fisuras que conlleva la visión política diversa.
El nominado Secretario General de la OEA deberá buscar la reafirmación categórica de dos espacios que no deben quedar solamente en enunciados: la democracia y los derechos humanos.
En esa línea, el seguir fielmente los postulados de la Carta Democrática como guía debe ser una prioridad. Lo mismo ocurre con la situación de los derechos humanos y las libertades, muchas veces tan vulneradas por acciones de los gobiernos que están en la organización.
Luis Almagro puso de relieve, en una entrevista para el Grupo de Diarios América (GDA), el valor de la seguridad y el desarrollo. El Secretario General aprecia el aporte que pueda dar Cuba a la OEA. Sin embargo, hace notar que no se deben forzar los tiempos.
El reto de Luis Almagro es enorme.