Hoy entran a debate en el Pleno de la Asamblea Nacional las reformas a la Ley de Minería que impulsa el Presidente. Lo hizo en un proyecto que calificó como urgente. La Comisión de Régimen Económico y Tributario actuó en forma expedita. La última sesión fue de voto rápido y muy poco debate. Las reformas contaron con la aplastante mayoría de Alianza País y un voto dirimente y solitario de Ramiro Aguilar, que no considera que las concesiones deben entregarse a dedo, sin licitación.
El tema minero exhibe todas las aristas complejas del debate sobre la extracción de recursos naturales, el impacto ambiental y la afectación de los habitantes de las zonas cercanas a los yacimientos.
La Constitución habla de los derechos de la naturaleza. Antes se puso en vigencia la consulta prelegislativa, pero esta no tiene carácter vinculante y sus resultados pueden caer en el vacío. En un proyecto de ley con tratamiento urgente es casi imposible realizar este tipo de consulta a la comunidad. Coincidencia o no, la Unesco declaró como Reserva Mundial de biósfera al Macizo del Cajas. Justamente allí se asienta Quimsacocha, un proyecto minero que afecta directamente ricas fuentes de agua.
Ecuarunari ya alza su voz de protesta. El Presidente reclama su legitimidad política. El país debe explotar sus reservas mineras para impulsar el desarrollo, respetando a la gente y a la naturaleza. Una prueba de fuego.