Sin precisar detalles, el alcalde Mauricio Rodas anunció ayer que los primeros trabajos del Metro de Quito empezarán la próxima semana en Quitumbe.
Ya se ha dicho que la construcción de 13 estaciones y un túnel de 23 kilómetros no solo implicará un esfuerzo sostenido de financiamiento y construcción, sino la colaboración ciudadana para convivir con las dificultades propias de una obra de esta envergadura.
Pero el Alcalde ha hecho énfasis en su informe de ayer en un tema no menor: la realización de la obra más grande construida en la capital significará una inyección importante para la economía local, frente a las dificultades que se sienten a escala mundial y nacional.
Los constructores ya recibieron el primer anticipo -USD 261 millones, que significan el 17% del valor total- y se espera que esta obra, avalada y apoyada financieramente por el Gobierno, no solo cambie la cotidianidad y el paisaje sino también la economía.
Las autoridades estiman que durante los tres años que durará la construcción, esa inyección se traducirá en unas 20 000 plazas de trabajo. Además, las empresas nacionales podrán proveer a los contratistas el 70% de materiales.
Hay otras obras en proceso para mejorar la movilidad que también están en curso, en aras de un sistema integrado.
Las autoridades tienen el gran reto de velar por el cumplimiento de los plazos y condiciones, y por que se hagan realidad las expectativas económicas, de gran relevancia en estos momentos.