La renovación del parque automotor es parte de la dinámica para superar las deficiencias en seguridad y así adaptar las adelantos de la tecnología para hacer más segura la conducción vehicular y la protección a los pasajeros.
Es así como el Gobierno trata el proyecto de Reglamento Técnico Ecuatoriano (RTE Inen 034), que busca cambios sustanciales y que vale la pena estudiar, apoyar e implementar.
Luego de la exigencia de al menos dos ‘airbags’ (bolsas de aire para casos de accidente), las nuevas normas atañen a los sistemas de frenos (ABS), a las barras de protección, luces diurnas y alarmas sobre la superación de los límites de seguridad.
La industria automotriz y los comerciantes automotores están de acuerdo con la medida, pero esperan que sea implementada de modo paulatino. Se habla de entre dos y cuatro años. El Gobierno busca el menor tiempo posible.
Esta semana llegaron al país fabricantes de Japón, México y Brasil, para intercambiar opiniones con las autoridades. El ministro coordinador de Producción, Richard Espinosa, es consciente de que las mejoras en seguridad pueden tener un impacto en el precio, que se justifica. Ese costo se puede elevar hasta USD
10 000 por automóvil.
Los avances en las carreteras deben ir aparejados de otras normas como la señalización y los sistemas de seguridad de vehículos y, naturalmente, de campañas cívicas y ciudadanas para bajar los accidentes y las muertes por choques, uno de los temas graves que tiene el país.