Manduriacu, más energía

El cambio de matriz energética dio un paso importante con la inauguración de Manduriacu, ubicada entre las provincias de Pichincha e Imbabura.

La nueva central es uno de los aprovechamientos del agua del río Guayllabamba, que se había proyectado en el Plan Maestro del desaparecido Inecel, hace varios años, y que se completaba con proyectos consecutivos.

La generación de Manduriacu aporta a la que durante el año que sigue se irá incorporando. El proceso se ha atrasado en varios de los casos, los costos son grandes y se deberá fiscalizar con pre­cisión para determinar si el manejo de los millonarios recursos económicos que el país destinó fue óptimo.

El Gobierno anuncia en breve la inauguración de otros proyectos como Mazar-Dudas y Sopladora, que con el mismo Mazar completan el gran proyecto Paute.

La presa Daniel Palacios, que se empezó a construir en los gobiernos militares, siguió varias décadas después con Mazar por decisión del presidente Lucio Gutiérrez y fue inaugurada por el actual Gobierno.

Con Sopladora se piensa sumar 487 megavatios (MW). A ese gran proyecto le seguirá Toachi-Pilatón con 254 MW y también -con años de planificación y varios más hasta completarlo- el proyecto Coca-Codo Sinclair, con 500 MW.

La inversión ha sido millonaria, el Régimen la calcula en casi USD 6 000 millones y probablemente, más allá de las vías, será otro legado que deje un Gobierno marcado por la fuerte intervención económica estatal y la concentración del poder.

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