Los ciudadanos que son propietarios de predios en Quito recibieron el fin de año con la noticia de un alza impositiva.
La subida del impuesto predial está en concordancia con el COOTAD, aunque no ha sido ni paulatina ni proporcionada, como aconsejan la lógica y la realidad económica, y eso impacta al bolsillo de mucha gente.
Las denuncias y reacciones se han presentado por reavalúos y cargos que incluso superan el 300%. Muchas veces contienen otras contribuciones por mejoras en obras cercanas al predio.
Nadie sabe por qué razón el alza parece no tener asidero en una formulación lógica. Hubiese sido deseable que el Cabildo instalara una comisión técnica que tuviera el tiempo y los elementos de juicio para contrastar que los reavalúos fueran justos y proporcionados.
Como eso no parece haber ocurrido, el revuelo es total. No olvidemos que el país afronta una crisis y que el sector inmobiliario es uno de los afectados.
Además, el alza del impuesto predial se suma a problemas como los de El Troje, la recolección de basura, la movilidad, los baches en las calles y otros aspectos que muestran ineficiencia.
Luego de varios días de reacciones ciudadanas, se ofrece revisar los avalúos en un mes, lo cual incluye a las personas que ya han realizado los pagos. Los ciudadanos y la autoridad se hubiesen ahorrado las molestias si el alza hubiese sido razonable y sustentada. Pero, por ahora, hay que esperar a ver si el remedio funciona.