Los bancos están líquidos. Hay dinero en el mercado, pero las empresas y la gente prefieren obrar con cautela.
Tras unos tiempos difíciles, sismo incluido, una postura conservadora parece ser la norma, y se nota en las operaciones crediticias del sector formal.
Asobanca entrega datos decidores. La cartera de créditos del sistema financiero se recupera desde julio, pero lo hace de forma lenta. Los datos hablan solos si se establecen comparaciones con el escenario de hace un año. Según el gremio bancario la cartera bruta alcanzó USD 19 085 millones, es decir el 2% menos que el mismo mes del 2015.
Para emprender en la reactivación de la economía -no olvidemos que el Gobierno sostiene que nunca hubo crisis y que el peor momento ya pasó-, la idea de la banca privada era colocar crédito en este semestre para que la reactivación tomara impulso.
Pero las empresas prefieren la cautela. No son los tiempos de aventuras ni audacias cuando nos acercamos a un periodo electoral y la memoria de épocas en donde hubo turbulencias todavía tienen su peso específico.
El objetivo de la banca era que, de los USD 10 000 millones disponibles, se pudiera colocar un 75% en el sector productivo y un 17% en el consumo. Tanto empresas como consumidores se muestran conservadores. Las metas, en consecuencia, no se cumplen.
El negocio de la banca es captar dinero y prestarlo. Por ahora el círculo no se completa. ¿Podían bajar más las tasas?