La Ley migratoria firmada por la Gobernadora de Arizona, para penalizar a los inmigrantes que carecen de documentos en regla, puede desatar una auténtica “cacería de brujas” y despertar actitudes racistas.
El propio presidente de EE.UU., Barack Obama, ha calificado la iniciativa de irresponsable. El sistema federal estadounidense faculta a los Estados de la Unión a promulgar sus propias leyes.
En EE.UU. se estima en 11 millones el número de ciudadanos sin documentos en regla. Más de medio millón están en Arizona, uno de los estados que mantiene una larga frontera física con México y que aplica esta norma ante la ineficacia de otras medidas restrictivas.
Según el último censo, en EE.UU vive más de medio millón de ecuatorianos legalmente identificados, pero se desconoce el número de compatriotas que residen sin su documentación en orden.
Mientras los gobiernos de México, Guatemala y Honduras rechazan la medida, el Embajador de Ecuador en Washington ha manifestado en declaraciones a este Diario que es el momento de expresar el rechazo a este tipo de actitudes que se contraponen a los valores más esenciales de EE.UU., parafraseando al presidente Obama.
Cabe recordar que la gran nación del norte se forjó gracias a los inmigrantes y peregrinos que poblaron las inmensas praderas. Fue crisol de nacionalidades y tierra de promisión para habitantes de todo el planeta. En la actualidad, el aporte de los inmigrantes latinos a la producción de ese país ha sido significativo.
Por ejemplo, la mano de obra barata de los indocumentados ha nutrido esa economía. La doble moral no se justifica, merece reencauzarse, y dar como resultado una actitud más coherente.