Grecia dijo no a Europa

Atrapados en la desesperación por la crisis, los griegos dieron las espaldas al sistema que antes les había arrojado un salvavidas.
Un 61% de los votantes dijo no a la idea de aplicar las medidas de austeridad que el Eurogrupo recomendaba ante la sostenida crisis económica que ahoga al pueblo griego desde el 2010.

Entonces, y durante dos años seguidos, Europa prestó cantidades considerables de dinero para aumentar una deuda que superaba el propio monto del Producto Interno Bruto. Aun así, Grecia no supo asumir sus propias responsabilidades.

A la hora de pagar las deudas adquiridas, los gobernantes griegos se portaron tan irresponsables como cuando adquirieron la gigantesca deuda externa. Las Olimpiadas y sus millonarios gastos fueron el detonante de esa deuda e hicieron estallar la crisis de su caja fiscal.

El escenario social mostró protestas en las calles y preocupación en los empleados públicos. La mayoría de griegos optó por una salida política de vértigo: votó por el populista de izquierda Alexis Tsipras, quien tensó la cuerda y se resistió a adoptar medidas de austeridad.

Tras las citas de los ministros de Economía y los máximos representantes de los países europeos en Bruselas y la negativa de aceptar las recomendaciones, el Gobierno heleno optó por convocar a un referendo cuyos resultados pudieran desembocar en una crisis aún peor, pero también le dan fuerza para negociar con Europa. Es de esperar que las partes traten el tema con responsabilidad, en busca de una solución de largo plazo.

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