En las políticas públicas, más allá de los discursos, lo importante son las acciones efectivas derivadas de conocimiento y la planificación adecuados.
La concepción de una Fuerza de Tarea Conjunta de los organismos de la fuerza pública, bajo el mando militar, anunciada desde el nuevo liderazgo del Ministerio de Defensa, se cristaliza en una de las zonas más vulnerables, y no solo en el aspecto de la seguridad.
La Constitución asigna a las Fuerzas Armadas un rol inequívoco: preservar la soberanía y la integridad territorial.
En esa medida y a nivel nacional y provincial- para el caso que nos ocupa-, el comando de las tareas operativas con un mando competente incorpora en cuanto cabe a la Policía, encargada de preservar el orden público y garantizar la seguridad ciudadana, tan frágil en un sector donde el tejido social es vulnerable y las carencias son muchas.
Luego de los atentados terroristas, los asesinatos de infantes de Marina, el plagio de una pareja, el secuestro y asesinato de un equipo de EL COMERCIO, la situación exigía un giro radical.
La afectación que nos ha infligido el conflicto interno de Colombia, así como la presencia de grupos delictivos ligados al narcotráfico, ha influenciado en las condiciones de vida de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos.
Hay que comprender cabalmente los problemas para empezar por la seguridad y seguir con la construcción de condiciones de vida adecuadas para los pobladores. Es indispensable.