Se inicia el feriado de Semana Santa. Otra vez las lluvias constantes y el cierre de la ruta Alóag – Santo Domingo lo marcan.
El asueto de Viernes Santo, que se junta al fin de semana, suele ser una época propicia para viajes por el país.
Más allá de la observancia de las profundas creencias religiosas, millones de ecuatorianos acostumbran desplazarse para buscar descanso y esparcimiento.
Una de las vías más importantes es la cincuentenaria carretera que une (y, por ahora, separa) a Quito con Santo Domingo de los Tsáchilas. El rigor del invierno ya sumó 11 muertos y la interrupción llega a casi dos semanas.
Estos días, con el concurso de un técnico extranjero, se evalúa la posible apertura de la vía, toda vez que el camino está despejado pero hay enormes rocas que amenazan desprenderse. La vía Alóag-Santo Domingo es la principal para movilizar la producción de alimentos y materiales, turistas y visitantes entre las dos regiones naturales más pobladas.
Siempre ha sido vulnerable y ya es hora de buscar nuevos trazados y técnicas modernas para cortar el ondulado trayecto con largos túneles. Las vidas allí inmoladas lo demandan. Hay que empezar a planificar ya. Aunque sea época de vacas flacas, es una urgencia nacional.
Quienes decidan viajar deberán hacer una buena planificación del tiempo, en vista de que las vías alternas estarán congestionadas. Es importante tomar todas las medidas de seguridad en autos y en viviendas para que el retorno sea feliz y el descanso haya valido la pena.