Femicidio, más violento

Los datos de femicidio registran cifras más claras, desde que una tipificación especial se estableció en la nueva ley.

El Código Orgánico Integral Penal lo desagrega como un tipo penal diferente al homicidio. Pero más allá de la reclasificación o tipificación, los nuevos registros arrojan una realidad lacerante. El femicidio, un episodio límite en la escala de la violencia, llega como punto culminante de una cadena atroz e infamante.


El reportaje que presentó ayer Diario EL COMERCIO se enfoca en el hecho de que los femicidios son cada vez más violentos. Más allá del último episodio recogido en la nota, el problema es que estos crímenes son producto de un proceso donde la violencia contra la víctima, que es mujer, viene in crescendo y está acompañada de una cadena de agresiones consideradas extremas. 


Este Diario se basó en los estudios y las conclusiones de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (Cedhu). Esa investigación concluye que las agresiones extremas referidas suman estrangulamientos, decapitaciones, mutilaciones y agresiones sexuales.

Los cuerpos son maltratados también tras la muerte de la mujer. Varios de los asesinos se suicidan luego.
Todo este truculento mapa muestra que padecemos, como sociedad, una severa enfermedad de fondo, donde la violencia y la sevicia contra la mujer conforman el cuadro delictivo.


La sociedad debe asumir esta realidad para cambiarla, a través de la educación en valores y protección adecuada.

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