Las elecciones nacionales de la Argentina descubren las señales y mensajes que los electores envían al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. La Mandataria saliente comienza así a despedirse del poder, que deberá entregar a su sucesor, el próximo 10 de diciembre.
El Frente para la Victoria -en el poder desde mayo del 2003- perdió terreno en los comicios con su candidato Daniel Scioli. El kirchnerismo es una de las ramificaciones del peronismo, presente en la vida de la Argentina desde 1945.
El mensaje más importante que ha salido de las urnas se sintetiza en la necesidad de un cambio en la forma de dirigir los destinos de un país en crisis y en constante polarización. Esas aspiraciones las ha sabido capitalizar Mauricio Macri, alcalde de Buenos Aires y aspirante de la coalición política Cambiemos.
Pese a que Scioli fue el más votado (36,86% de los sufragios), el mínimo margen que lo separa de Macri (34,33%), coloca al primero en desventaja para la segunda vuelta del 22 de noviembre. El oficialista ya dio ayer una señal de ello al aceptar un debate, que antes rechazó.
El declive del kirchnerismo también quedó patente en la elección para Gobernador de la provincia de Buenos Aires, que incluye el 37% de votantes del país. El cargo que se hallaba desde 1987 en manos del peronismo será ocupado por María Eugenia Vidal, de Cambiemos, otra de las vencedoras de la jornada.
El resultado electoral en Argentina es un llamado de atención para políticos que deseaban perpetuarse en el poder.