En medio de expectativas a principios de junio, pocos días después de haberse posesionado, el Presidente conformó un Frente de Lucha contra la Corrupción.
Ese frente nació en medio del escepticismo ciudadano, frente a una realidad de falta de transparencia. Pero había una promesa pública de Lenín Moreno: la cirugía mayor contra la corrupción.
Y esa cirugía mayor rebasaba la buena voluntad de los ciudadanos convocados por el Presidente, especialmente era un llamado de atención a los jueces y fiscales para que actúen con celeridad, profundidad e independencia.
Todo mensaje cuando, por voluntad política, la decisión de la ‘metida de manos en la justicia’ trajo resultados contraproducentes, congeló acciones y puso a los operadores de justicia a actuar con temor reverencial frente a la realidad de un modelo de poder concentrado que se aplicó durante la década pasada. Aun así el Frente, que completará un extenso documento en los próximos días, se reunió con el Presidente para hacerle sugerencias de reformas legales y políticas públicas a fin de fortalecer a la Fiscalía, la Contraloría y los procesos de contratación pública. Hará observaciones y recomendaciones de reformas al Código Orgánico Integral Penal.
La lucha contra la corrupción es una tarea de todos, no solamente de una comisión, no solo del Ejecutivo ni de magistrados y fiscales para que apliquen la ley sin temor ni favor, también lo es de la empresa privada y de los ciudadanos.