El violento desenlace de un operativo antidrogas en Esmeraldas ha generado gran consternación en la Policía y a la vez preocupación general por la creciente amenaza a la seguridad social, por la penetración de carteles del narcotráfico en el país.
En el suceso del pasado domingo fallecieron dos policías, uno de ellos el Comandante del GOE, un cuerpo de élite de la institución en esa provincia, que encabezaba el operativo para capturar un cargamento de marihuana que se transportaba en un patrullero policial.
Pese a que los índices oficiales sobre la inseguridad muestran una gran mejoría, entre otras cosas, por la profesional acción de la Policía, a la institución se le presenta un nuevo desafío: combatir el involucramiento de agentes en el tráfico de drogas. No es un fenómeno nuevo.
El 2011 fue arrestado el Comandante de Policía de Esmeraldas y luego sentenciado a seis años de cárcel. En tres operativos grandes, en el segundo semestre del año pasado, fueron capturados 14 agentes en Pichincha y Guayas. También fue a prisión, en octubre del 2014, un antiguo jefe de la Interpol por presuntos nexos con una organización criminal.
La Policía, que ha sacado de sus filas a unos 600 agentes, dice que hay una “disminución del 62% en la participación de los policías en actividades delictivas”.
Aun así, hay mucho camino por recorrer. La Policía requiere el apoyo de los entes que administran Justicia, el respaldo de las autoridades civiles y en general de los ciudadanos, para contrarrestar la amenaza del crimen organizado.