La economía nacional sigue a la espera de definiciones, en medio de señales internas y externas contrapuestas.
La intención de recuperar una buena relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), del cual el país es parte, es un punto a favor. Especialmente tras años de desdén del gobierno anterior con este organismo multilateral, y de su preferencia por créditos y preventas con los países asiáticos.
El Ministro de Finanzas destacó que la cita en Carondelet con los delegados del FMI es parte de la estrategia para generar confianza en el mercado internacional. Varios analistas reconocen que mejora esa percepción para salir de la crisis, aunque pudo influir en ello la leve mejoría de los precios del petróleo, que tiene alta incidencia en la vida nacional. Una rápida evaluación del acuerdo con la Unión Europea muestra un crecimiento de las exportaciones ecuatorianas hacia esa zona, aunque no se oculta la preocupación por la tasa aduanera.
Pero hay otros temas que inquietan, como las tensiones y desacuerdos luego de los diálogos con el sector empresarial, o el trámite del proyecto urgente que fue aprobado por la Asamblea con enormes cambios respecto de la propuesta original del Ejecutivo. ¿Vendrá un veto? ¿Cómo se sustituirán los ingresos previstos?
La economía será determinante para disminuir el desempleo. La confianza hay que sembrarla, pero es necesario un plan. ¿Será después de la consulta?