La Policía Nacional detuvo de forma simultánea a varios de los cabecillas de bandas criminales en las provincias de Guayas, Manabí, Santa Elena y Los Ríos.
Los 21 detenidos, presuntos delincuentes, tenían conexiones con bandas del calibre del cartel de Sinaloa (México), Los Rastrojos y Los Urabeños (Colombia), y Los Choneros. Los delitos eran múltiples: asesinato -con la práctica de sicariato-, narcotráfico, microtráfico, secuestro y tenencia de armas.
El ministro José Serrano considera que se trata de la peor banda del crimen organizado. Muy importante será el seguimiento de las causas judiciales para establecer los presuntos vínculos de los apresados con delitos de la magnitud de los referidos.
Catorce de los detenidos habrían tenido que ver con la fuga de la cárcel de alta seguridad conocida como La Roca en Guayaquil, de la que se escaparon en febrero de este año 18 presos, 17 de los cuales ya han sido recapturados.
En el operativo simultáneo actuaron 300 efectivos policiales, pero en el seguimiento de las operaciones dolosas la Policía empleó varios meses de intenso trabajo.
Queda una sensación de alivio: saber que las fuerzas de seguridad responden con eficacia ante la presencia de bandas mafiosas, pero también queda demostrado que la inseguridad es real y hacen falta esfuerzos y voluntad política, como la desplegada en este caso, para combatirla de modo eficaz.