Entre los paulatinos y tímidos giros que ha dado el Gobierno del Partido Comunista de Cuba, conducido por Raúl Castro, es algo significativo abrir las puertas para que muchos cubanos puedan abandonar la isla sin las restricciones enormes que frenaban la libertad de circulación.
Hay varias lecturas. Una de ellas alude a las miradas de varios países sobre la isla, ocasionada por la enfermedad del presidente Hugo Chávez. Otra interpretación es que se intenta bajar la presión sobre un tema que ha causado tradicional malestar, como parte de las muchas restricciones que viven los cubanos: falta de libertad de trabajo y de emprendimiento libre; barreras a la propiedad privada, a la libertad de participación política plural y a la libertad de pensamiento y expresión.
Para el periódico oficial Granma (en Cuba no hay diarios privados independientes), “Cuba dio un paso más para lograr que los movimientos migratorios sean de forma legal, ordenada y segura (…) bajo el principio de que son medidas aprobadas por decisión soberana del Estado y no responden a presiones ni imposiciones de nadie”. En 53 años millones de cubanos se han ido; unos han escapado en balsas o han aprovechado viajes y delegaciones para no volver.
En Ecuador se estima que hay 10 000 cubanos. El Gobierno que proclamó la ciudadanía universal, ahora pide una carta de invitación a los cubanos, justamente cuando el Gobierno castrista abre sus puertas.