El dictamen de la Corte Constitucional activó a la Asamblea, de abrumadora mayoría gubernamental, hacia la enmienda.
En los foros políticos está fuera de discusión que el oficialismo se apresta a dar prioridad al cambio constitucional para facilitar la posible reelección presidencial, todo dentro del cambio que le conviene a Alianza País y al posible candidato a la reelección, Rafael Correa.
Pero los anuncios y los pronunciamientos de la Corte Constitucional desataron acciones y visiones distintas desde una oposición que, por razones ideológicas, políticas y hasta personales de sus líderes, es dispersa. Tan dispersa como disperso es el espectro político que representan.
Mientras Guillermo Lasso y César Montúfar, junto a varias organizaciones sociales y políticas activadas en compromiso, empezarán la recolección de firmas, el expresidente Gutiérrez hará lo propio. Este personaje empezó llevando preguntas al Consejo Electoral, mientras que Lasso y sus aliados ya pidieron formularios para empezar su campaña.
Las corrientes identificadas como las izquierdas (se sienten o se saben varias) tienen una idea distinta y se niegan a marchar en este proceso, de la mano con la derecha, aun cuando solamente sea para la coyuntura de bloquear el camino a la reelección de Correa.
Por lo pronto, el Presidente y los militantes de Alianza País rompen fuegos contra la posición intentando deslegitimarla. La oposición no quiere otra reelección. El mapa político se agita.