El Consejo Nacional Electoral interviene en la campaña prevalido de su autoridad para enviar un comunicado en el cual recuerda a los medios que deben guardar equidad y dar los mismos espacios a los candidatos a las diferentes dignidades en las elecciones generales del 17 de febrero.
La carta llama la atención, puesto que ha sido histórico y tradicional, al menos desde el retorno a la democracia en las elecciones desde 1978 a esta parte, y cada vez con mayor apertura y precisión, el ejercicio plural de los medios privados para escuchar propuestas, generar debates y divulgar el pensamiento y propuestas de los partidos y movimientos del espectro político.
No es, no será por una reco nvención del máximo organismo del sufragio que estos medios actúen ahora coaccionados, sino por el contrario, como una práctica sincera y abierta del periodismo independiente y libre que ha existido en este país y que reclama su derecho a seguir expresándose.
Es curioso que un organismo que no procede de una selección plural y que ha dejado huella de falta de independencia haga este llamamiento cuando no toma nota ni exige de manera clara que los medios públicos que controla el Gobierno y que funcionan con dinero de todos cumplan un ejercicio plural en los contenidos periodísticos, y que no disfracen de información lo que es evidente propaganda.
La Contraloría también debiera glosar lo que a la postre es un uso de recursos públicos en beneficio de una candida tura.