La VIII Cita de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) fue el escenario para que Ecuador reactivara su idea de un sistema de derechos humanos diferente a aquel que está vigente.
La idea no es nueva. El canciller Ricardo Patiño fracasó anteriormente en la propuesta de modificar el Sistema de Derechos Humanos cobijado en la Organización de Estados Americanos (OEA). Las autoridades lograron apoyo a la iniciativa antes de que esta entrara en agenda y finalmente quedara de lado.
Ecuador se ha mantenido crítico frente a temas como el financiamiento del Sistema, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Relatoría de Libertad de Expresión. El gobierno de Rafael Correa ha cuestionado también la presencia de la propia sede del organismo en Washington, sugiriendo que la localización pudiera ser motivo de influencia en los fallos y medidas.
En los últimos años el debate en estas instancias ha señalado al Gobierno en temas delicados atinentes a los derechos humanos, en especial los conocidos episodios de tensiones alrededor de la libertad de expresión y en el pulso con la prensa crítica e independiente.
Sin que se conozca una resolución de la Celac sobre la materia, el tema vuelve a quedar planteado. Ecuador insiste también en crear instancias de resolución de controversias entre las empresas transnacionales y los Estados, diferentes al Ciadi o a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que, considera, se inclinan hacia un lado de la balanza.