N o hay debates presidenciales. La campaña 2013, con un Presidente-candidato que emplea el inmenso aparato de propaganda oficial y unos candidatos opositores sin protección de la autoridad electoral, muestra inequidad.
Una buena manera de enmendar esa inequidad es el espacio de los debates de los aspirantes al solio de Carondelet. Solo el ensayo de la Cámara de Comercio de Guayaquil, marcado por la ausencia displicente de un par de aspirantes, fue un esfuerzo muy significativo en esa línea, pero no suficiente.
Una campaña que se sume en la inercia no tiene siquiera estos espacios democráticos de debate para que la gente saque sus propias conclusiones.
Han existido importantes iniciativas, empero, por contrastar tesis y abrir espacios. Un enlace radial de emisoras ha invitado a todos los presidenciales. Otros medios de comunicación hacen un ejercicio plural de contenidos periodísticos como ha sido históricamente habitual.
Grupo EL COMERCIO puso una propuesta en manos de los lectores y oyentes con las tesis de todos los binomios presidenciales. Acudieron seis de ellos y su cobertura fue amplia y equilibrada. Ahora se entrega una serie de paneles con los candidatos de partidos y movimientos que encabezan las listas de asambleístas nacionales.Vivir la democracia no es solamente ir a las urnas sino practicarla, conociendo los planteamientos de todos.