La noticia más reciente llega desde Bolivia. Una atroz sequía afecta a las altas planicies y su feraz naturaleza.
Como consecuencia, la falta de agua afecta a cinco de los nueve departamentos del amplio territorio boliviano.
En La Paz, los niveles de racionamiento se han prolongado ya durante tres semanas, al intentar que haya agua para todos aun cuando sea en menor cantidad que la acostumbrada.
El presidente Evo Morales se vio forzado a decretar la emergencia al iniciar la semana. Esta sequía es la peor registrada en los últimos 25 años en el país andino. La presa que surte de agua a La Paz apenas tiene el 1% de su embalse, lo cual muestra lo crítico de la situación.
En el Ecuador, se experimenta una anomalía. Con el calendario en la mano y a partir de los patrones climáticos, se puede decir que debiéramos estar en pleno invierno en la Sierra. Pero las altas temperaturas luego de las mañanas despejadas con un sol de justicia al mediodía, las noches y las madrugadas heladas, muestran un escenario nada habitual en esta época del año.
El cambio climático rompe las lógicas de los ciclos de cultivo y pone en riesgo la producción de alimentos. En Tungurahua, por ejemplo, hasta el momento solo se han perdido 18 hectáreas de cultivos, pero 864 están en riesgo, de acuerdo a las autoridad del ramo.
El mundo ve ciclones por doquier, lluvias intensas en unos lugares, sequías en otros. Los seres humanos pagan la factura de su propia acción destructiva.