El nuevo Aeropuerto Mariscal Sucre, que sirve a la capital y los alrededores, pronto demandará adecuaciones y más obras físicas.
La primera polémica por la distancia y, sobre todo, por el evidente retraso en la construcción y entrega de las vías de acceso que una terminal aérea demanda, todavía no ha sido superada.
Pese a todo, los usuarios han ido paulatinamente acomodando sus horarios, ajustando sus tiempos de viaje hasta Tababela y adaptándose a la nueva situación.
Sin embargo, hay inquietudes respecto de las instalaciones donde se encuentran los mostradores de las líneas aéreas, los sitios de espera y las mangas de embarque.
La explicación la hallan los técnicos en el acusado retraso de la fecha inicial de entrega de la obra y la proyección de pasajeros para las primeras operaciones. Como la obra se retrasó, esa proyección quedó desfasada.
Algo fácil es colocar bancas para que viajeros y acompañantes tengan comodidad en los sitios de espera. Lo siguiente será ampliar la superficie física de los mostradores (la nueva terminal tiene menos que el antiguo) para evitar que la aglomeración que hoy genera incomodidades aumente conforme suba el número de operaciones.
Muy importante será ampliar las mangas y, sobre todo, usarlas. No es posible que los pasajeros tengan que esperar largos minutos para llegar a la terminal en buses, que en varios casos no cumplen las condiciones necesarias.