La organización Cauce Democrático ha decidido liderar la opción del No en la consulta aprobada para ser realizada el mismo día de las elecciones de febrero 19 del 2017, presidenciales y legislativas.
La referida consulta versa sobre la opinión ciudadana- no es plebiscito ni referéndum- sobre un “Pacto Ético” para quienes posean propiedades en los denominados “Paraísos Fiscales”. El contenido, sin embargo, implica varias reformas constitucionales según la cita lapidaria de Simón Pachano que evidencia que la consulta va por un lado y la Constitución por otro (artículos 113, 119, 127, 142, 152, 170, de la suprema norma).
Por eso, el principal argumento de Cauce Democrático, que no es secundado por candidatos de la oposición- es que es se trata de un recurso encubierto para participar directamente en las campañas presidencial y legislativa que al parecer en filas oficiales “hace agua”. Los misiles de “Panamá Papers” y las tumbas egipcias de Petroecuador fueron muy graves.
Esta propuesta en esta coyuntura electoral, invita a recordar dos triunfos históricos del No frente a consultas programadas para que ganen los gobiernos. El uno en Ecuador y el otro en Chile.
El 1 de junio de 1986 el gobierno del Ingeniero León Febres Cordero consultó a la opinión popular sobre si los ciudadanos independientes pueden ser candidatos, sin ser afiliados a un partido político. El “No” triunfó en la mayoría de las provincias, menos en Guayas.
El caso de Chile fue muy diferente. Fue precedido de la concertación política más importante de la historia de América latina. Nació cuando los socialistas lograron suspender las diferencias ideológicas. Luego se produjo el encuentro con la Democracia Cristiana y otros partidos. La tarea era casi imposible, pues se trataba de derrotar a una sangrienta dictadura de 17 años, pero lo lograron, y cambiaron la historia de ese país
En el Ecuador Osvaldo Hurtado y Cordes están solos. A nadie de la oposición le interesa molestar a un gobierno que tiene un final empañado por sospechas de múltiples corrupciones y que se arriesga a proponer un “Pacto Ético”.
Un pésimo presagio de gobernabilidad, en el supuesto que algunos de los líderes y legisladores de las filas contrarias lleguen a Carondelet y al parlamento.
Trasmiten la impresión con esa actitud, que pueden ser enjuiciados, descalificados o chantajeados a pesar de tener legalmente un bien principalmente en Panamá.
Sin embargo, lo más grave es que demuestran, en la parte álgida de la campaña que candidatos y asesores están afectados.
Si esto es peligroso en campaña, ¿cuál será el comportamiento desde las funciones estatales para las que sean elegidos? En el Ecuador político no solo es necesario amar a la patria también, como la cónyuge del César, demostrarlo. Caso contrario, habrá que regresar a los tiempos del Renacimiento, donde un servidor tenía que probar previamente lo que se bebe y come.