“Salve César, los que van a morir te saludan¨, traducción de la frase latina ¨Ave, Caesar morituri te, salutant¨, saludo ante el emperador romano, atribuido históricamente a los delincuentes ajusticiados destinados a morir.
No obstante varias interpretaciones y significados imputados y el paso de muchos siglos desde que se habría pronunciado, la expresión cobra vigencia, no solo por el nombre, Julio César, y su similitud con el del gobernante de la República Romana entre los años 49 – 44 aC, a quien se le atribuye haber convertido a la república en todo un Imperio, salvándola de un largo período de descomposición, sino también por el Ave!, saludo y admiración que el pueblo le ha rendido a nuestro Julio César, como aquel que le era rendido a los emperadores y utilizado por mucho tiempo como salutación por los romanos, así como por la analogía de miedo que parece causar a quienes peligran con su actuación.
Cabe saludar al Doctor Julio César Trujillo, presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio, por su actitud cívica al frente de esta Institución, por su patrimonio ético demostrado a lo largo de sus 87 años, sin ningún cuestionamiento en contra, por su vitalicio servicio a los trabajadores del Ecuador, por su contribución eficaz con la educación ecuatoriana, como docente universitario, por su lucha contra la corrupción, como miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción y por ser hoy más que nunca ejemplo de conducta y referente moral y ético de la clase política nacional.
No han faltado voces atrevidas intentando cuestionar su accionar en la tarea encomendada por el pueblo el 4 de febrero último en las urnas, frente a la enorme descomposición institucional evidenciada, afortunadamente personas, instituciones y el propio presidente Moreno han demostrado un irrestricto respaldo a su actuación y de todos los miembros, por su trabajo en pro de la reestructuración institucional del Estado y estricto cumplimiento del mandato consagrado en la pregunta 3 de la Consulta y Referendum 2018.
Seguramente para el Dr. Trujillo, ésta es la forma en que realiza todas sus actividades habituales y seguramente también no esperará halagos ni homenajes, es simplemente su formación y calidad humana la que le impulsa y le fortalece a seguir, a su edad, trabajando en beneficio de la Patria, atracada sin piedad, mientras otros disfrutan, se pasean, cambian de status económico y hasta de nacionalidad por su ¨contribución política y de servicio prestado” al Ecuador en los últimos años, pero que lejos están de ser considerados y saludados como este personaje de estirpe moral y humana intachable que camina libremente por las calles, digno de la confianza de los ecuatorianos, trabajadores, honestos, sencillos y solidarios, que henchidos de dignidad y autoestima demandan justicia, respeto y libertad, baluartes fundamentales de una sociedad democrática.