El retorno del país al mercado internacional de capitales es positivo. Las autoridades anunciaron la colocación de USD 2 000 millones en bonos a 10 años plazo. Entendemos que los inversionistas pagaron el valor nominal de esos papeles, por lo que el costo de la deuda será de 7,95% por año, que es el valor del cupón que llevan estos títulos que vencerán en 2024.
Si bien el costo de este nuevo crédito no es bajo –de hecho es similar al de los créditos chinos– la calidad de esta fuente de financiamiento es considerablemente mejor porque el dinero que se nos ha prestado no viene atado a la compra de equipos o a la contratación de obras con compañías de países predeterminados.
El requisito esencial para cotizar en el mercado internacional es la transparencia en el manejo fiscal, por lo que las autoridades deberán ser mucho más flexibles a la hora de atender requerimientos de información de los inversionistas extranjeros.
Esto es positivo porque nos permitirá a los ecuatorianos tener una idea más cercana de lo que está ocurriendo con los recursos públicos en estos años de tanto secretismo en el manejo de la cosa pública.
Al igual que con el reciente ‘swap’ de oro por dinero, esta nueva emisión de deuda externa solo aliviará temporalmente las necesidades de liquidez del erario nacional y dejará intacto el problema de fondo de las finanzas públicas ecuatorianas que es el aumento desproporcionado del gasto sin que haya, en contrapartida, la generación de ingresos en la misma proporción.
La emisión de bonos es una solución temporal al problema de liquidez del Ecuador porque tan pronto como se nos presta dinero, el país debe comenzar a pagar intereses sobre ese préstamo otorgado.
En el caso de los nuevos bonos 2024, Ecuador tendrá que pagar ESD 80 millones cada semestre (2 000 x 7,95% / 2), durante toda la década que viene.
Si a esa cifra le añadimos los intereses que siguen pendientes por los bonos 2015 –que suman más de USD 30 millones por semestre (650 x 9,375% / 2)– resulta que los ecuatorianos tendremos que destinar más de USD 100 millones cada seis meses solo al pago de intereses de dos tramos de deuda.
Los bonos 2015 vencen en diciembre del año que viene. En esa fecha, el Estado deberá pagar nada menos que USD 650 millones en un solo desembolso.
Esto significa que durante los próximos 18 meses las autoridades deberán asignar un promedio de USD 217 millones por semestre (650/3) para redimir esos papeles de deuda.
Estas son cifras descomunales que pueden seguir aumentando si no reestructuramos pronto las finanzas públicas y si no dejamos de emitir más deuda externa para financiarnos mediante inversión extranjera directa.
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