Con seguridad la cédula de identidad y las fotografías del personaje lo comprueben. Políticamente, en cambio, es difícil como Secretario General de la OEA, el ex canciller uruguayo ha tenido una radical posición contra las violaciones del régimen venezolano. Ha demostrado con una tenacidad -algunas veces desbordando sus funciones- el compromiso con la democracia y con la defensa de losDD.HH. A diferencia de otros revolucionarios, llevó moralmente las urnas de más de cien víctimas acribilladas en las calles de Caracas y otras ciudades del actualmente país mártir de América Latina.
El Secretr. Gral. de la OEA no es miembro de la Comisión Interamericana, pero su relación es permanente. Además, su influencia política es indudable; sin embargo no fue neutral en la movida diplomática del correismo respecto a la pregunta 3 de la Consulta.
Es probable que en los anales de la Comisión Interamericana no exista un trámite que haya recibido tanta agilidad en su admisión y proceso. Y, contra toda a jurisprudencia sobre casos tan delicados como son los derechos humanos, los use para recomendar a la Corte Interamericana medidas provisionales contra un procedimiento constitucional. No se trataba del peligro de derechos humanos: desaparición, prisión o cualquier amedrentamiento violento de algún gobierno dictatorial que pudiera causar daños irreparables. Al pueblo ecuatoriano le correspondía, vía referéndum, que el Consejo de Participación Ciudadana una vez realizada la consulta, cese en sus funciones y se designe un consejo provisional. Sin embargo, la Comisión Interamericana en tiempo récord aceptó una denuncia y recomendó a la Corte extremas medidas.
Pueden existir explicaciones judiciales de lo actuado, pero, son indudables las sospechas de carácter político:¿ continúa tan poderoso el chavismo madurismo en la OEA? ¿Tuvo alguna intervención política el ex presiden José Mujica? Pareciera que la Comisión y parte de la Corte Interamericana mantienen adhesiones socialistas del Siglo XXI, al extremo de echar por la borda una tradición y jurisprudencia de enorme eco mundial.
La decisión de la Corte Interamericana, ante un caso de evidente manipulación, estiró las orejas de la CIDH antes de que llegue la comisión mixta -correísta y morenista- que envió el Gobierno ecuatoriano y expresó: “el Tribunal recuerda que, tanto para la dimensión tutelar, como para la dimensión cautelar, es necesario que se cumplan los tres requisitos consagrados en el art. 63.2 de la Convención, a efectos de conceder las medidas provisionales que se solicitan, a saber: i) “extrema gravedad”; ii) “urgencia”, y iii) que se trate de “evitar daños irreparables a las personas”.
La suerte favoreció al Ecuador: ganó la consulta popular y desbarató la tramoya internacional. Le sigue jugado el número al presidente; y a los otros,”tras cuernos, palos”.