Después de las aclaraciones de la mesa servida y el cruce de palabras entre los miembros del antiguo binomio Correa – Moreno el horizonte se aclaró en parte, pero con bancos de nubes que al principio se suponía que se disipaban, pero que trascurridos cuatro meses continúan vigentes.
Es muy difícil comprender que, transcurrido un tiempo, varios o numerosos actores del “ancianne régimen” continúen ostentosos en el primer nivel del cuadro del gobierno. ¿Méritos, presión o chantaje? Por tanto, corresponde preguntar si realmente está en proceso un cambio, o solamente ha sido un “pase de cortesía” a una buena ubicación, pero al mismo circo.
No se ha consolidado, a pesar de las apariencias, una nueva mayoría en el parlamento Las decisiones económicas fundamentales están pendientes. Y las inquietudes sobre el financiamiento fiscal no se atenúan con la repetición del SOS al crédito externo. Una receta conocida y con los mismos chefs. En cambio, expresar solidaridad con la administración del IESS es inexplicable.
La consulta popular y algunas de sus preguntas son una garantía del cambio de los tiempos, así como también la distancia marcada desde el principio con el vicepresidente. En cuanto a la consulta, ojalá funcionen las alarmas. La Corte Constitucional está acostumbrada a la mano militari del régimen anterior y si no se aplica enreda, dilata y posterga el cuestionario presidencial. De darse el caso al presidente solo le quedaría la muerte cruzada.
En cuanto a Alianza País presentó síntomas de recuperación el ala “correísta”. Regresó como pívot el líder Patiño que tiene más experiencia y control que el grupo de “las histéricas”; además, su presencia evidencia que el gobierno carece de algún ariete que comande la ofensiva para someter a la mayoría parlamentaria verde. Sin embargo la evidencia de que la fractura aumenta cada día sin saber todavía con cuantas palas se enterrará al correísmo.
Para sacar conclusiones, se observa que las diferencias con países cercanos pesan y deprimen. En Venezuela el chavismo, por las buenas y por las malas, se llevó todo. En Argentina, Macri venció abrumadoramente al ala kirchnerista del peronismo. Su gobierno es una clara alternativa coyuntural que aspira a la reelección, aunque no existe partido ni un frente de concertación. El triunfo ante Cristina K. obnubila y se olvidan que el peronismo es como las estaciones del clima: después del Invierno aparece la Primavera.
El Ecuador por su parte solo vive el presente, trata de olvidar el pasado y no se atreve a enredarse en las ilusiones del futuro. Los socialcristianos aspiran a tener un estatuto similar a la Orden Soberana y Militar de Malta (son respetados y nadie los molesta desde hace siglos). Los otros guayaquileños se esfuerzan por cambiar el título del tango Cuesta Abajo y es probable que lo logren, pero será difícil la tarea con la letra y el compás.