La ley evitaría que los pitbulls de los refugios sean adoptados. Foto: Instagram cuenta @smilingbrinks.
Un juez decidió dar paso a la demanda de la Asociación Protectora de Animales de Montreal (SPCA Montreal)que buscaba que una corte deje sin efecto una ley aprobada hace un par de semanas por el gobierno de Montreal que prohíbe la tenencia de perros tipo pitbull.
Las organizaciones animalistas emprendieron una campaña para derogar la ley. “La lucha continúa, pero estamos muy contentos con esta primera victoria”, dijo Sophie Gaillard, abogada de SPCA Montreal.
La suspensión no es definitiva, pero permitirá comprar algo de tiempo a los animalistas. Mientras dure la batalla legal, las fundaciones pueden dar en adopción a los canes que estén en riesgo a hogares en otras ciudades o transferirlos a otros refugios.
La iniciativa de la creación de la polémica ley surgió tras el ataque de un can que, supuestamente, era un pitbull a una niña en Montreal. Sin embargo, más tarde se conoció que el perro que cometió la agresión fue un bóxer.
Con la prohibición se evitaría que aquellos individuos que el gobierno considere pitbulls sean adoptados. Estos serían sacrificados sin importar si son sociables o si hay familias interesadas en acogerlos. Además, los propietarios de estos canes deberían cumplir con una serie de requisitos y papeles para permitirles quedarse con sus mascotas.
Los defensores de los derechos de los animales argumentaban que la prohibición no se basaba en hechos sino en prejuicios y aseguraban que no solo pondría en riesgo a los pitbulls sino a cualquier perro con una cabeza ancha.
Nakita, un cruce de labrador y husky, era una cachorra sociable y amigable. Ella vive en el poblado de Berrie, Ontario, donde existe una prohibición similar desde 2005. Aunque ‘Niki’ estaba acostumbrada a pasar mucho tiempo en los parques junto a otras mascotas y niños, un día eso cambió.
Un oficial de control animal le indicó a su dueña, Janette Hamilton, que su mascota debía usar un bozal y que si no lo hacía se la llevaría. Hamilton le explicó que ella no era una pitbull, pero no importó. Nakita debió empezar a usar bozal y tuvo que dejar de frecuentar sus lugares favoritos.
“Cuando se coloca el bozal, la percepción de la gente cambia”, dijo su dueña en una entrevista con The Dodo , un portal de noticias sobre animales. Las personas que un día pudieron acercarse a saludarla ahora le tenían miedo, incluso le agredían con piedras. Niki no entendía por qué nadie la quería y eso tuvo un impacto en su personalidad alegre.
“Una ciudad tiene el derecho de decidir sobre su territorio sobre cómo proteger mejor a sus ciudadanos”, indicó el alcalde de Montreal Denis Coderre luego del anuncio de la suspensión.
Pero la prohibición en Ontario, por ejemplo, no ha dado los resultados esperados. Según Global News, en Toronto, donde casi ha desaparecido la presencia de pitbulls, las mordidas de perros han superado los niveles más altos del siglo para esa localidad.