Gala, una mestiza de dos años, ha recorrido desde Argentina hasta Ecuador en una Kombi del 87. Foto: Cortesía La Chata por Latinoamérica.
En un principio, el plan era que Gala, la perra mestiza de Carolina Lissoni y Ezequiel Álvarez se quede en Buenos Aires mientras ellos emprendían un viaje por Latinoamérica. Fue imposible, ninguno de los dos logró despedirse de ella, así que cambiaron de plan.
Una semana antes de iniciar el viaje decidieron llevarla y “no hubo ni un día en que nos hayamos arrepentido de esa decisión”, aseguran los viajeros. Les divierte, les acompaña y les llena de felicidad en cada parte del camino.
Los viajeros llegaron a Ecuador en febrero de 2016. Foto: Cortesía La Chata por Latinoamérica.
“Teníamos nuestra ‘Chata’, una VW Kombi del 87, argentina como nosotros y no dudamos en acondicionarla para que sea una casita con ruedas”. Salieron de su ciudad natal el 20 de septiembre de 2015 y hasta el momento han recorrido Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador; siempre acompañados de su fiel amiga de cuatro patas.
Gala es una perra mestiza de 2 años. La encontraron cuando tenía cuatro meses y desde entonces no se separa de sus . “Se porta bárbaro, ama jugar con cuanto animal se le cruce, viaja genial las horas que sean”, dice Ezequiel. Uno de los mejores momentos fue cuando la vio meterse por primera vez a un río en Córdoba.
Gala disfruta de los paisajes y de las actividades que realiza con sus dueños Carolina y Ezequiel. Foto: Cortesía La Chata por Latinoamérica.
“Compartir con ella tantas horas de ruta y estar con ella en lugares increíbles” ha fortalecido el vínculo de Carolina con Gala. Ellos recomiendan compartir con los animales de compañía este tipo de experiencias. Para esto los viajeros nos dan una guía de los pasos que deben seguir quienes deseen emprender la ruta.
1. El perro
El carácter de Gala fue determinante a la hora de decidir llevarla. Foto: Cortesía La Chata por Latinoamérica.
Lo primero que se debe tomar en cuenta es el carácter del animal. El perro se tendrá que adaptar a una rutina diferente, movimiento, varias horas en auto y otras cosas nuevas. Carolina piensa que si el perro no puede adaptarse, lo mejor es no llevarlo. “No solo sufrirá mucho, sino que los viajeros que lo acompañen también”.
Hay que tomar en cuenta el medio de transporte. Si se trata de un vehículo propio no habrá problema, pero si se piensa utilizar transporte público pueden haber restricciones por lo que se debe hacer una investigación previa antes de empezar el recorrido.
2. El veterinario y los papeles
Es recomendable mantener una carpeta con toda la documentación del animal para tenerlo a la mano durante el viaje. Foto: Facebook La Chata por Latinoamérica.
Para viajar con un animal de compañía se debe verificar el estado de salud del perro en cuestión. Es importante contar con una libreta de vacunación al día, un certificado de la inmunización contra la rabia, desparasitación y antipulgas.
Algunos países pueden pedir una autorización oficial de un organismo gubernamental competente. Para esto, recomienda Ezequiel, se debe investigar previamente los requisitos propios de cada paso fronterizo.
3. Los hoteles
(function(d, s, id) { var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0]; if (d.getElementById(id)) return; js = d.createElement(s); js.id = id; js.src = “//connect.facebook.net/es_LA/sdk.js#xfbml=1&version=v2.3”; fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
Gala duerme generalmente con sus dueños en la Chata. Si bien hay varios hoteles que permiten el ingreso de mascotas, es indispensable que se verifique ese servicio. “Nosotros nos hacemos 100% responsables de Gala, sabemos que no hará nada que nos haga quedar mal”, explican.
En el caso de estos tres aventureros, antes de empezar su recorrido iniciaron un proceso de adaptación de Gala al vehículo. Permitieron que se acostumbre al movimiento y que encuentre su propio espacio donde se sienta cómoda.
4. Los problemas
Carolina y Gala observan la laguna del Quilotoa en Ecuador. Foto: Cortesía La Chata por Latinoamérica.
Los parques nacionales pueden tener restricciones sobre el ingreso de mascotas. Se debe consultar a las autoridades y al personal de seguridad para que el animal permanezca a salvo durante la visita.
Otra precaución tiene que ver con la alimentación. En algunos lugares los perros podrán acceder a comida, que se encuentra en el piso, y tener problemas estomacales. Siempre se debe vigilar que el agua que consuma sea fresca y pura. El alimento, de preferencia, debe ser balanceado y con las mismas características en todas las compras.
Finalmente hay que tomar en cuenta las enfermedades propias de cada país. Las zonas costeras, por ejemplo, las garrapatas son abundantes y pueden transmitir infecciones peligrosas para las mascotas. Se deben aplicar las pipetas periódicamente y un spray antipulgas.