El chapuzón del campeón Víctor Estrella Burgos tras ganar, por tercer año consecutivo, el título del Ecuador Open. Foto: Armando Prado/EL COMERCIO
Manuel Antuña es psicólogo deportivo y desde hace seis meses se unió a Víctor Estrella Burgos, el dominicano que se siente quiteño en el ATP 250 Ecuador Open. Ha ganado los tres títulos de las tres ediciones realizadas en el Club Jacarandá.
Víctor renovó su cuerpo técnico y ahora viaja con su psicólogo y no con su preparador físico ni entrenador. “Manuel me ha sacado de momentos difíciles, me ha ayudado a subir después que mi carrera empezó a descender”.
Los dos se conocían desde pequeños, “entrenábamos en el mismo club”, dijo Antuña cuyo título lo alcanzó en la Universidad de Barcelona.
“Cuando Víctor me habló, no lo necesité pensar, enseguida le dije que sí, se trata del mejor tenista de República Dominicana”.
Este tercer título del ATP 250 fue el más labrado de los tres pues tuvo que superar a tres favoritos, que están dentro de los 75 primeros del mundo: el croata Ivo Karlovic (18 en la ATP), el brasileño Thomaz Bellucci (75) y el italiano Paolo Lorenzi (46); él estaba en el puesto 156.
Estrella Burgos dijo que por primera vez sintió nervios, en las semifinales contra Belluci. “Víctor es una persona que, por naturaleza es fuerte mentalmente. Hemos realizado una muy buena pretemporada en lo físico y también en lo mental con sesiones que le ayudan a convivir con los nervios”.
Antuña describe que los nervios siempre estarán presentes en una competencia y más una de jerarquía. “Los nervios no hay que evadirlos ni ignorarlos. Tampoco definir si son malos o buenos. Los nervios son una energía que se los puede lleva a donde uno quiera”.
El galeno afirma que toda esa suma de trabajo en lo físico, lo técnico y lo mental hacen que el dominicano logre los resultados deportivos esperados, incluso hasta con mejores porcentajes de efectividad en su saque, por ejemplo. “Fisiológicamente también puede ser que su cuerpo se adapte fácilmente a la altura de Quito.
Con su 1,73 metros de estatura no necesita mucho oxígeno para correr por la cancha. Es un deportista muy fuerte y resistente, eso hace que sus golpes tengan mucha potencia”.
Para este psicólogo, los deportistas de alto rendimiento requieren de un trabajo psicológico permanente. “En el tenis, todos saben pegar un revés, un drive, pero al momento de definir un partido, los psicológico tiene una carga del 100%. Quien trabaje en ese aspecto, lleva una ventaja”.
Manifiesta que el miedo escénico es un invento. “Un deportista que se ha preparado para enfrentar su competencia no va a sentir miedo. Aparece el miedo cuando tratas de complacer a los demás con acciones que ellos esperan de ti”.
En cambio dijo que la ansiedad “es llevar la mente al futuro y con ello aparece el miedo. Los deportistas deben vivir el hoy y no imaginar el futuro”.