Gabriel Schürrer (centro), acompañado del preparador físico Gustavo Zubeldía (izq.) y de su asistente Leandro Scime. Foto: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO.
Después de concretar su vinculación como entrenador del Deportivo Cuenca, Gabriel Schürrer se contactó con Guillermo Duró, extécnico del ‘Expreso Austral’. El acercamiento con su compatriota tuvo como propósito conocer más de cerca la realidad interna de su nuevo club.
Duró, de 48 años, trabajó tres temporadas distintas en Cuenca: 2008, 2012 y 2014. Él conoce a los jugadores nacionales, a los dirigentes, sabe cómo reacciona el hincha y cuál es el proceder de la prensa. Con esa charla y otras, como la mantenida con el delantero argentino Raúl Becerra (quien marcó 19 goles en el 2016), Schürrer se interiorizó de casi todo.
Así de meticuloso es el nuevo timonel del representativo azuayo. En su primera experiencia internacional como entrenador quiere ser exitoso. Su mejor campaña la registró con Lanús, en la primera categoría del fútbol argentino. Allí dirigió 73 partidos: sumó 31 triunfos, 23 empates y 19 derrotas. También intervino en Copa Sudamericana y Copa Libertadores, entre el 2010 y 2012.
Su paso por el Argentino Juniors fue decepcionante porque permaneció siete fechas: empató uno y perdió seis partidos. En Crucero del Norte dirigió 48 cotejos: acumuló 18 victorias, nueve empates y 21 derrotas, entre el 2013 y 2015. Después pasó al Gimnasia de Jujuy y su último club fue Sarmiento de Junín, donde dirigió ocho encuentros.
La participación que tendrá Deportivo Cuenca este año en la Copa Sudamericana atrajo a Schürrer e incidió para que aceptara la propuesta del club austral. Galo Cárdenas y Juan Manuel Durán, presidente de la Comisión de Fútbol y Director Deportivo, viajaron a Buenos Aires para convencer al estratega de 45 años.
Según Schürrer, esa charla fue clave. El proyecto ilusionó y por eso dejó en segundo plano el tema económico, porque “se miró otras cosas”. Antes de esa propuesta, él ya conversó con sus compatriotas Leandro Scime y Gustavo Zubeldía, asistente técnico y preparador físico, en la necesidad de emigrar a otros países.
El exestratega de Lanús evitó pronunciarse sobre su meta específica en el fútbol ecuatoriano con el equipo colorado. Pero ofreció trabajo y profesionalismo. Con el propósito de armar un equipo competitivo, solicitó dos jugadores por puesto y uno más por línea.
Se autodefine como un técnico que le gusta el buen fútbol, sin ser seguidor de César Luis Menotti ni de Carlos Salvador Bilardo. “Me gusta educar y enseñar”. Su aspiración es seguir un proceso a largo plazo para trabajar con los jugadores jóvenes del club.
Dependiendo de los rivales y de los jugadores disponibles, Schürrer tiene tres sistemas que ensayará durante la temporada: el 4-3-3, el 4-2-3-1 y el 3-5-2. Son los planteamientos que más ha empleado con los equipos argentinos.
Él está convencido que hará una buena campaña con Deportivo Cuenca. Se muestra conforme con las incorporaciones nacionales y extranjeras. “Hay predisposición, ojalá como cuerpo técnico encontremos un funcionamiento que nos permita desarrollar un buen campeonato”.
Como futbolista, debutó con Lanús en 1988 y a los 19 años fue capitán de ese equipo. Jugó cuatro partidos con la selección de Argentina: tres amistosos y uno de la Copa América de 1995. Allí compartió vestuario con destacados futbolistas de ese entonces como Diego Simeone, Roberto Ayala, Ariel Ortega y Germán Burgos.
El 2000 festejó el título de la Liga Española con el Deportivo La Coruña. El 2003 militó en Real Sociedad, que disputó el campeonato con Real Madrid hasta la última fecha. También jugó la Champions League con Real Sociedad y Olympiakos de Grecia, en donde fue campeón.
Schürrer se autodefine como un entrenador cercano al jugador, que le gusta dialogar y conocer cómo es su vida fuera de la cancha. Eso se pudo constatar en esta semana. “El trabajo es integral, en la parte física, técnica y psicológica”.