Cazal observa fútbol mientras se recupera

Lauro Cazal, el miércoles pasado cuando esperaba el alta médica para dejar la clínica. Foto: Carlos Rojas Acevedo  / EL COMERCIO.

Lauro Cazal, el miércoles pasado cuando esperaba el alta médica para dejar la clínica. Foto: Carlos Rojas Acevedo / EL COMERCIO.

Lauro Cazal, el miércoles pasado cuando esperaba el alta médica para dejar la clínica. Foto: Carlos Rojas Acevedo / EL COMERCIO.

Lauro Cazal parece aún más alto con el cuello ortopédico que deberá utilizar durante tres semanas más y que lo obliga a permanecer erguido. El delantero paraguayo de Aucas, de 1,88 metros de altura, permanecerá en reposo hasta la próxima semana.

El último miércoles dejó la habitación 305 de la Novaclínica, en el norte de Quito, donde permaneció tres días. Allí le realizaron una cirugía cervical para aliviar las molestias que empezaban en el cuello y que le bajaban por la columna, los hombros y el brazo derecho.

Después de consultar a tres especialistas se determinó que la intervención quirúrgica era la mejor solución para aliviar sus dolores. De no hacerlo a tiempo, existía la posibilidad de que llegara a perder la movilidad en el brazo.

Sentado en el sillón de la habitación, observando un programa deportivo en un canal internacional, el paraguayo contó que se le afectó el disco, entre la sexta y la séptima cervical, razón por la cual los médicos lo reemplazaron con una placa y una prótesis.

Los hormigueos y los dolores en el cuello empezaron a inicios de la temporada, pero se incrementaron después de una caída, en un entrenamiento a inicios de mes. El problema en la columna también le afectaba al nervio, por lo cual sentía amortiguado el brazo.

“Gracias a Dios todo salió bien y ya no tengo esas molestias”, contó, contento y optimista, el día que dejó la clínica .
Sorprende que un jugador profesional, quien pasará sin pisar una cancha de fútbol por unos cuatro meses, se encuentre de tan buen ánimo.

El ‘loco’ Cazal, como le conocen en Aucas, pasará hasta la próxima semana en su casa, sin realizar ningún esfuerzo. En ese tiempo se deleitará con los programas deportivos y con los partidos de fútbol de las ligas europeas y sudamericanas.

El espigado goleador, quien llegó en el 2013 para reforzar al Técnico Universitario, puede pasarse todo el día observando fútbol. Con eso se distrae y aprende más sobre su deporte.
Nataly Franco, con quien tiene un hijo de dos años llamado Paulo, lo confirma. “Por suerte en casa hay dos televisores, porque a él no le gustan las series ni las películas. Puede mirar fútbol todo el día”, reveló la paraguaya de 24 años.

El ariete consiguió 17 goles, en 41 partidos, en el 2014. Fue clave en el ascenso y continuará vinculado al equipo oriental, hasta finales de año, pero su plaza de extranjero será ocupada por un mundialista.

Durante los próximos tres meses, su lugar en el ataque será utilizado por el uruguayo Sebastián Abreu, a quien se espera mañana en la capital.

“Tengo el respaldo de la dirigencia. Tuve la opción de quedarme o de regresar a mi país a hacer la rehabilitación. Decidí quedarme porque confío en el cuerpo médico del Aucas”.

Su rehabilitación empezará en casa. Al menos un mes deberá utilizar el cuello ortopédico y luego, si todo sale bien, podrá volver a las canchas en junio para realizar trotes. “A los cuatro meses podré ya realizar entrenamientos con balón, pero solo, sin tener contacto con mis compañeros. Al menos no tendré ese miedo de ir a chocar. Eso hubiera pasado si la lesión era en la rodilla o el tobillo”.

Desde niño sintió una atracción por la pelota de fútbol. Estuvo en escuelas de formación en Deportivo Marina, Sportivo San Lorenzo y otros clubes.

“Estoy en un momento de mi carrera donde ya aprendí muchas cosas y todavía puedo aprender otras. Haré todo bien para recuperarme y regresar pronto a marcar goles”.

Cuando deje el cuello ortopédico, el goleador quiere acudir al estadio para apoyar a su club. “Le pido a la gente que siga junto al equipo. Aucas saldrá de los últimos lugares, no lo dude”.

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