Miguel Ángel Ramírez tiene contrato con los rayados hasta diciembre del 2021.Foto: EL COMERCIO
Cuando llegó al puesto de Director Deportivo de Independiente del Valle, en junio del 2018, el DT español Miguel Ángel Ramírez mantuvo una reunión con Roberto Olabe, su antecesor en el cargo.
Ambos analizaron un informe del entonces entrenador de Primera, Gabriel Schürrer. El argentino presentó una conclusión preocupante: los futbolistas juveniles que llegaban a entrenarse en el primer plantel presentaban un problema. En las prácticas dejaban de correr. Se detenían. No lograban sostener su rendimiento físico.
Olabe, quien estaba en la transición, encomendó a su sucesor Ramírez iniciar un periodo de observación para solucionar el problema.
En los primeros meses Ramírez, quien además de entrenador de fútbol tiene un PhD en Ciencias del Deporte, se dedicó a analizar prácticas y detectó falencias en las categorías Sub 14, 16, 18 y Reserva.
“Se entrenaban 3 horas, pero se tomaban mucho tiempo para hidratarse, por ejemplo. No estaban concentrados. Eso no puede pasar. En el fútbol tienes 90 minutos y hay que aprovechar al máximo. Había que cambiar eso. Máximo 10 a 15 segundos para consumir líquidos”, explica el DT, que revolucionó la organización de trabajo a partir de esta observación.
Con esa misma fórmula llegó a Primera y su metodología ha servido para llevar su plan de trabajo y ser protagonista en los torneos internacionales.
La rigurosidad, la puntualidad y la exigencia se imponen en cada entrenamiento. En su agenda se distribuyen trabajo en cancha y análisis de videos.
Así, Ramírez estudió a Junior de Colombia, el rival de esta noche (19:30), por la segunda fecha del Grupo A de la Copa Libertadores. Los rayados, campeones de la Sudamericana 2019, buscan ser protagonistas en la Libertadores.
Otra revolución impulsada por Ramírez fue tener reuniones permanentes con los técnicos a diario, a las 08:00. Allí se discuten la planificación de cada entrenamiento y el uso adecuado del tiempo.
Desde su arribo, el estratega español tuvo una costumbre cuando era Director Deportivo: llegar a las 07:00 y salir del Centro de Alto Rendimiento pasadas las 19:00. Ahora, como técnico de Primera, las intensas jornadas se mantienen, pero llega antes de las 08:00.
La exigencia es a todo nivel. Un día, el DT reunió a los técnicos de formativas y presentó sus reparos. Allí había otra falencia.
Los entrenadores llegaban a los entrenamientos cinco minutos antes de iniciar, el trabajo que tomaba cerca de tres horas diarias. Estacionaban sus vehículos en el parqueadero y se dirigían directo a la cancha, sin ninguna planificación.
Eso llevó a una reorganización del trabajo. El técnico, de 35 años, admite que eso le generó ser visto como el ‘malo de la película’ en el equipo.
Yuri Solano, DT de la Reserva del año pasado, confirma que con este proceso se llevó un método de trabajo para buscar implementar un estilo de juego en todas las categorías.
Además, estableció una metodología unificada con los técnicos y con los preparadores físicos. Hay permanentes reuniones de planificación y otras de evaluación.
El DT también se da tiempo para caminar por las canchas y conversar con los juveniles.
“Siempre está pendiente de nosotros. Es como un padre que nos vigila constantemente. Pregunta cómo estamos en los estudios, de la familia”, cuenta Moisés Caicedo, capitán del equipo campeón de la Copa Libertadores Sub 20.
El español también suele tener debates acalorados con los directivos. Es enemigo de vender futbolistas en formación. “No hay que acelerar los procesos. El club y los futbolistas deben dejar de pensar solo en el dinero”, dijo a los directivos después de lograr el título de la categoría Sub 20.
El DT fue uno de los opositores a la salida de Leonardo Realpe. El jugador, de 19 años, fue vendido al Braga.