Puede entenderse que Gustavo Quinteros carezca del mínimo de osadía para llamar a Norberto Araujo, un veterano que no puede ser vencido por tres juveniles en el campo de juego.
Poner al ‘Samurái’ de Liga en la zaga de la Tricolor hubiera sido un severo llamado de atención para los defensas ecuatorianos, que se hunden en su ineficacia fecha a fecha, una bofetada a los nacionalistas.
Pero bueno, se razona que la edad de Araujo puede desmotivar (justificar es la palabra exacta en esta caso) la ausencia del mejor defensa del país en este instante. Y, como premio consuelo, se cita a Luis Romero, el socio de Araujo en esta Liga de Zubeldía, para dejar a todos tranquilos. Todo esto se entiende.
No obstante, ¿qué justifica que Quinteros no llame a Joffre Guerrón? Con las bajas de Felipe Caicedo por lesión (ahora sí ‘Felipao’ no desea ser ‘egoísta’ y confiesa que no está al 100%) y de Joao Rojas por conducta (ya no saben qué hacer con él en Cruz Azul), pues no hay excusas para prescindir de Guerrón, el mejor artillero del exterior.
Quinteros ni siquiera lo pone en la lista provisional, en la que constan jugadores en pésima racha como Máximo Banguera y John Narváez. Esto es un insulto. Una falta de respeto. Una contradicción al lema de que al equipo irán los mejores.
¿De verdad era necesario llamar a cuatro arqueros, cuando todos sabemos que uno sobra? ¿De verdad creen que vamos a aceptar que Banguera goza de un mínimo de opciones para debutar ante Chile y que Guerrón no? El mundo al revés. ¿Y a qué fue Quinteros a México? ¿A ver a los ecuatorianos que acaban de descender con los Leones Negros?
Esto es imposible de acepar. Ojalá que el destino no le pase factura a Quinteros. Sería terrible ser superados por Bolivia y la versión C de México.