José Esteban Andrade posa con su parapente en el parque La Carolina de Quito. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
Juan Morán, Ivanov Granja, Juan Gabriel Patiño, Juan García y José Andrade viajan este miércoles 28 de marzo de 2018 al Campeonato Panamericano de Parapente, que se realizará del 1 al 7 de abril en Brasil.
“Vamos con mucho optimismo, completamos nuestro programa de preparación en cuanto al aspecto físico y a las horas de vuelo”, dijo Juan Gabriel Patiño, quien ocupó el segundo lugar en el escalafón nacional en el 2017.
Ya perdió la cuenta del número de ocasiones en que ha representado a Ecuador a escala internacional. “El año pasado, el Panamericano también se realizó en Brasil y me ubiqué entre los 20 primeros”.
Las competencias panamericanas se realizarán en el estado de Espíritu Santo y se disputa en la modalidad Race to Goal, es decir, cada día se efectuará una carrera en una ruta definida por puntos de control mediante GPS. El ganador es quien llegue primero a la meta y quien más puntos acumule durante la semana de competencias.
“Cada día se cubren estas rutas, de entre 60 y 100 kilómetros, que requieren de cuatro o cinco horas de vuelo, de mantener el equilibrio de tus alas y mucha concentración”. Y, una de las características de la competencia es que ninguna ruta se repite.
Si bien la parte física es importante, Patiño destaca la fortaleza mental del piloto a la hora de volar y competir. “En cada día vamos a competir contra 120 rivales, que están volando al mismo tiempo. Además, en pleno vuelo hay que estar preparados para afrontar, imprevistos como la velocidad del viento, una zona turbulenta o si las condiciones se tornan muy fuertes”.
No realiza ningún entrenamiento específico en su preparación psicológica, “pero usualmente realizamos cursos de incidencia en vuelo, que nos permite controlar cualquier circunstancia extraordinaria. Esa preparación permite al piloto estar siempre activo, sobre todo en Quito, por la ubicación geográfica, en plena mitad del mundo”.
Durante los fines de semana de enero, febrero y marzo acumuló horas de vuelo. “Partimos desde el cerro Auqui, a 3 100 metros de altitud, y completamos circuitos bastante divertidos hasta Cumbayá o hasta el valle de Los Chillos”.
Reveló que con estos cambios de clima, de sol resplandeciente a lluvias intempestivas, hubo días en los que no pudieron volar. “Nos tocó hacer trabajo en tierra, circuitos atléticos y horas en el gimnasio para fortalecer abdomen, porque es el centro de movimiento y fortalecimiento de brazos”.
Tiene 36 años y desde hace 15 practica el parapentismo. Desde el 2010 asiste a torneos internacionales.
El año pasado participó en el Mundial de Italia. “Esa participación nos dejó una gran lección. Aprendimos a volar en equipo, porque en ese evento puntúa el país”.
Manifiesta tener una buena relación con el resto del equipo nacional, pues además de entrenarse juntos, compiten y viajan de manera permanente.
Ivanov Granja es otro piloto de gran experiencia en el vuelo de parapente. Acumula 21 años de participación en eventos nacionales e internacionales.
El año pasado fue primero en su categoría y es uno de los pilotos que gusta de volar en Brasil, porque se aprende mucho.
Para Ivanov Granja, volar en parapente es un juego de ajedrez, porque debe armar estrategias para derrotar a los rivales en tres o cuatro horas. “Debes saber tomar decisiones, estar listo para enfrentar los cambios de clima y tener un buen equipo”.
En el Panamericano, el equipo nacional tendrá como rivales a Brasil, Argentina y Chile, que tienen un enorme potencial, así como Colombia y Venezuela.