Miguel Álvarez es jugador de El Nacional. Foto: EL COMERCIO
¿Qué tan difícil fue para ud. irse con 15 años a vivir a España y luego a Francia?
Me tocó emigrar a muy temprana edad, pero no fue difícil porque nunca tuve que separarme de mi familia. Solo sufrí un poco los últimos dos años cuando dejé España para irme a jugar a Francia. Por suerte estaba cerca de España. Así que tomaba un avión y en dos horas ya estaba con ellos.
¿Fue complicado ser emigrante y buscar espacio en equipos extranjeros?
No. En mi caso eso no pasó. Quizá para otros es complicado integrarse. Pero tuve la fortuna de ir a un lugar bueno y no sufrí nada de racismo ni maltrato.
¿Cómo llegó a jugar en el fútbol de Europa?
Me fui allá cuando era pequeño y no tenía planes de jugar fútbol. Llegué con mi familia a buscar un futuro mejor y a estudiar. Un compañero de la escuela me invitó a que formara parte de su club. Me emocionó esa oferta, me presenté al club y me quedé.
¿Cómo se llamaba su primer equipo?
Era un club de mi pueblo allá en Palma de Mallorca. Se llama Calador. ¡Grandes recuerdos!
Luego pasó al Real Mallorca y se encontró con Samuel Eto’o y Juan Arango. ¿Qué aprendió de ellos?
Nunca tuve la oportunidad de compartir el vestuario con ellos, pero cuando llegaba a los entrenamientos los veía desde la cancha que estaba ubicada a un costado. Tuve la suerte de ver a mi jugador favorito en vivo. Admiré siempre a Samuel Eto’o por el corazón que pone en la cancha y porque siempre lucha por la pelota.
¿Cómo se dio su regreso a Ecuador y su vínculo con El Nacional?
Estábamos hablando y analizando esa posibilidad con mi empresario hace varios meses. Se dio como cualquier fichaje. Llegué a probarme al club, les gustó mi juego y me quedé. Esta fue mi gran oportunidad para dar el salto de Segunda categoría a Primera.
¿Cómo fue su adaptación a El Nacional y a un fútbol desconocido para usted?
Los primeros meses pasé un poco mal. Me afectó estar lejos de mi familia. Incluso, el clima es distinto porque estaba acostumbrado al intenso frío de Europa. Acá, en El Nacional, se entrena bajo el sol y eso influye en mi desempeño. Me ha pasado factura, pero poco a poco me voy adaptando a mis compañeros. Me falta un poco.
¿Le sorprendió compartir cancha con experimentados como Christian Lara o Édison Méndez?
Cuando llegue a El Nacional me enteré que estaban cerca de fichar a Méndez y a Lara. A ellos los vi jugar en la Selección cuando era pequeño. Se me hizo un poco raro estar cerca de ellos. Todavía estoy asimilando eso de jugar con futbolistas que estuvieron en mundiales.
Todavía tiene el acento español. ¿Sus compañeros le molestan por eso?
Aquí bromean todo el tiempo. Me llaman el ‘Francés’, me molestan por el acento español. Pero soy ecuatoriano al 100%.
Siempre le gustó jugar con el 9.
¿Qué importancia le da al número?
Siempre he jugado con este número. Cuando era niño y no tenía el 9 me enfadaba y no jugaba. Incluso, lo tengo tatuado. Tengo un compromiso muy grande con el club que me abrió las puertas. Trato de trabajar a conciencia, siempre pensando en el día a día.
¿Qué le impresionó del fútbol ecuatoriano?
Cuando estaba en Europa, por el tema de los horarios no pude seguir de cerca el fútbol ecuatoriano. Cuando llegué, me encontré con muchos futbolistas de los cuales jamás había escuchado. Me agradó saber que ha mejorado el jugador nacional y ahora sale al fútbol del exterior.
¿Su familia en Europa le sigue en todos los partidos?
Solo cuando juego a las 11:30. Ahí me pueden ver. Más tarde es imposible por el horario.
¿Cuál es la diferencia de una pretemporada en Europa y Ecuador?
En Europa estaba en un equipo que era parte de la Marina y pasábamos casi todo un mes haciendo trabajos físicos.
Tocábamos la pelota muy poco. En El Nacional fue una pretemporada corta y se trabajó más en tácticas y estrategias.
¿Cómo se contacta con su familia, en Europa?
Uso la tecnología. Estoy pendiente de las redes sociales. Pero más en WhatsApp, Facebook y el Skype. Tratamos de hablar todo el tiempo y vernos por webcam. Hablo con mis padres, pero en especial con mi novia, que vive en Francia.
Hoja de vida
Nació el 6 de enero de 1989, en Quito. A los 15 años emigró a España con su familia.
En su trayectoria
Ha vestido también las camisetas de Calador, en Palma de Mallorca; en el Real Mallorca, y en el AS Moulins, de Francia.