Desde 2016 Mario Villegas decidió recorrer las vías de Ecuador sin descansos ni pausas para comer o dormir; salió de Quito y llegó a Muisne, en total le tomó 31 horas continuas conectar estas dos ciudades con su bicicleta.
En febrero de este 2017 el ciclista logró otro récord personal, recorrió 700 kilómetros entre San Lorenzo, en Esmeraldas, y Montañita, en Santa Elena, lo hizo en 34 horas. Este primero de julio un nuevo desafío se presenta frente al manubrio y los pedales de Villegas, la competencia de resistencia Inca Divide.
La travesía que enfrentará el ciclista ecuatoriano no es sencilla. En total, deberá transitar 3 500 kilómetros, la distancia que existe entre Quito y el Cusco. En su recorrido el ecuatoriano pasará por ciudades que, en la época de los Incas, fueron importantes para la formación del Imperio: Quito, Vilcabamba, Cajamarca, Huaraz, Huancayo y termina en la que en su época fue la capital del territorio incaico, Cusco.
Este trayecto no es nuevo para Mario Villegas, reconoce que una de las ventajas que tiene al afrontar esta competencia es haber recorrido Sudamérica en bicicleta, lo hizo junto a su hermano César en 2012 y fue un trayecto que le tomó 540 días, en el que pedalearon cerca de 25 800 kilómetros.
Esa experiencia no solo le ha servido para su desarrollo físico, también le ha ayudado a conocer qué debe y qué no hacer durante un recorrido de este tipo. Recuerda que, durante su visita a Perú, unos indígenas de la zona organizaron una pambamesa – forma de comer tradicional de los pueblos andinos en la que todas las personas comparten sentadas en el piso –, algo que comió le hizo daño, se enfermó y tuvo que detener su marcha por algunos días; ahora sabe que el tema alimenticio debe manejarlo con cuidado durante su travesía.
La experiencia adquirida se suma a su constante preparación, más allá de recorrer grandes distancias en Ecuador, sin detenerse a descansar, el deportista pedalea alrededor de 40 kilómetros diarios y se prepara en la zona de la laguna La Mica (3 700 metros sobre el nivel del mar). La adaptación a la altitud es indispensable, durante el trayecto del Inca Divide los ciclistas llegarán a ciudades que superan los 3 000 metros, es el caso de Huaraz (3 052 msn) y Huancayo (3 259 msn).
Su compañera de viaje será una bicicleta Rush, con componentes Shimano, adaptada para pista y montaña. Todo el trayecto es autoabastecido, por eso planea llevar consigo 40 libras de peso, que será el equipaje que debe transportar para los 22 días en los que planea recorrer aproximadamente 200 kilómetros.
En los últimos días de junio Mario Villegas ha dedicado su tiempo a poner a punto su bicicleta, trabaja en un taller de Quito preparando su transporte para dejarlo listo para este sábado 1 de julio del 2017. La partida será desde un hotel en el norte de la capital y durante las siguientes tres semanas el deportista ecuatoriano recorrerá los caminos por los que alguna vez pasaron los Incas, pero esta vez sobre una bicicleta.