El 4 de junio peleará con el peruano Jesús Bravo, en una programación
internacional, donde disputará el título Sudamericano del Consejo Mundial. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
El gusto por el boxeo de Julio Cortez surgió cuando tenía 12 años de edad, mientras se realizaba en Puerto Quito, ciudad de donde es nativo, una programación pugilística, a la cual asistió como aficionado.
Desde ese día, buscó prepararse y se puso bajo las órdenes de Carlos Vásquez, quien lo llevó cuatro años más tarde, a ser campeón nacional, cuando pesaba 32 kilogramos.
“A mi mamá (Hilda Padilla) no le gustaba que subiera al cuadrilátero. Me decía que el box era un deporte de locos”. Según Cortez, convenció a su progenitora al decirle que el box es como el ajedrez, en donde hay que cuidar los detalles y la concentración, para no equivocarse en un combate.
El apodo de ‘Memín’ que tiene Cortez se lo debe al nicaragüense Reynaldo Rueda. Este lo empezó a llamar así mientras lo entrenaba dos años atrás. Con ese mote evocaba a un personaje ideado por la mexicana Yolanda Vargas Dulché en 1943, de la historieta ‘Memín Pinguín’, un afrodescendiente que participaba en escenas cómicas.
Cortez se describe como un pugilista de rápida reacción, fuerte y movedizo, pero sobre todo “fajador”.
Ese estilo le ha permitido no sufrir mucho castigo de sus rivales, aunque reconoció cuáles son sus golpes más letales que le mantienen invicto en el profesionalismo, con 10 peleas ganadas, de las cuales nueve fueron por la vía rápida y una por los puntos.
“Llevo seis nocauts con el gancho de zurda, dos KO con el cross de izquierda y uno con el golpe recto de derecha”, anota.
Cortez es un convencido de que los deportistas de Esmeraldas son los más aptos para el deporte de alto rendimiento y, en particular, para las disciplinas de contacto. “Los negros somos fuertes para los deportes, nuestra piel es más resistente y eso lo estoy aprovechando”.
Para Cortez, el resultado favorable en una pelea se celebra con una buena comida. Le gusta cocinar encocado de pescado y cebiche de camarón. Al final de cada combate, sus padres lo esperan en Puerto Quito para degustar lo mejor de la gastronomía de su ciudad.
‘Memín’ es entrenado por Ramiro ‘Clay’ Bolaños, una leyenda del boxeo nacional de las décadas de los 60 y 70, quien lo preparó para volver al cuadrilátero, el sábado 4 de junio. Esto será en una programación pugilística organizada por la empresa Promebox. Allí también se inaugurará su centro internacional de boxeo, ubicado entre el puente 2 y puente 3 de la autopista General Rumiñahui, desde las 19:30.
Su rival será el peruano Jesús Bravo, con quien disputará el título Sudamericano del Consejo Mundial de Boxeo (WBC por sus siglas en inglés), en la categoría pluma.
La velada será animada por cinco peleas previas, en la cual también se destaca el combate entre Jeyson ‘El Verdugo’ Minda frente a Fidel Bennet.
Cortez garantizó dar un buen espectáculo y se animó a dar un pronóstico. “Bravo no llegará al quinto round. Lo voy a noquear en el cuarto”.
Biografía. Julio Cortez nació el 8 de septiembre de 1988, en Puerto Quito. Se inició en el box amateur a los 12 años de edad. Se consagró campeón nacional a los 16 años.
Trayectoria. Debutó en el profesionalismo el 30 de agosto del 2014, en un combate frente a Júnior Salazar, en el coliseo Julio César Hidalgo. Posee un récord de 10 peleas ganadas, de las cuales nueve fueron por KO. Su ‘ranking’ en el mundo es 414.