El Juli cuaja una gran faena y corta una oreja en triunfo

"El Juli" al finalizar su corrida en el decimoséptimo festejo de la Feria de San Isidro, denominado como la "Corrida de la Cultura", en la plaza de Las Ventas, en Madrid. Foto: EFE

"El Juli" al finalizar su corrida en el decimoséptimo festejo de la Feria de San Isidro, denominado como la "Corrida de la Cultura", en la plaza de Las Ventas, en Madrid. Foto: EFE

Julián López, El Juli, en el año 20 de su alternativa como matador de toros ratifica su condición de gran figura del toreo.

Esta vez el diestro de Velilla cuajó un faenón y los hizo en la capital del reino, en la Corrida de la Cultura y en medio de la Feria de San Isidro. Llenazo.

Para la revista Aplausos y su portal web se trató de la mejor faena de lo que va de feria, ciclo donde han habido algunas buenas faenas de los toreros.

Este es un extracto de la nota que firma Javier Arroyo: ‘ El mano a mano de la Corrida de la Cultura arrancó con un emotivo encontronazo en quites. El fino toro de Victoriano del Río había empujado en el largo primer puyazo de Salvador Núñez. Quitó primero Juli por tijerillas. Tras el segundo puyazo lo hizo Ginés Marín por gaoneras dando generosa distancia al toro. Replicó El Juli muy arrebatado por chicuelinas con el compás abierto, exigiendo mucho al de Victoriano. La media del remate fue extraordinaria. El capote de Soler lidió con precisión.

El Juli exigió por abajo al de Victoriano, que apuntó buena condición sin terminar de ir humillado al final. Dos tandas duró, después quedaron naturales de trazo largo de El Juli, que no se aburrió buscando el temple. La estocada trasera llegó después de un pinchazo. El tercero fue de Alcurrucén, completamente en el tipo de la ganadería: bajo, con cuello, de lomo recto, con la cara hacia delante. También tuvo el comportamiento propio de su procedencia, ya que no se definió hasta el último tercio. Suelto de salida, un punto abanto en los tercios posteriores pero colocando la cara siempre.

El Juli fue a por el toro antes de que terminasen de sonar clarines y timbales con gesto decidido. El inicio por abajo fue impresionante, el toro acometía con transmisión y Juli lo esperaba con entrega. Algunos espectadores ya se pusieron en pie tras el inicio. La tarde había explotado. Juli cuajó por la derecha tres tandas llenas de poder y ajuste. El toro se comía la muleta y en ocasiones pedía algo de espacio entre muletazo y muletazo. La exigencia, como la entrega, de los dos protagonistas fue absoluta. Al natural costó más el acople por la fuerte arrancada del gran toro de Alcurrucén. Juli le cogió el son perfectamente en un cambio de mano por detrás que desembocó en un natural eterno. El faenón iba camino de las dos orejas. El final antes de coger la espada tuvo torería, sentimiento y ritmo. Pero la fea estocada quedó trasera. Oreja.

Ginés Marín, triunfador del año pasado no tuvo suerte.

El Juli venía revitalizado luego de su gran triunfo en Sevilla y en el año 20 de alternativa se habla ya de su campaña americana en varias plazas.

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