El mundo Barcelona solo desea que llegue diciembre para quemar este espantoso 2015 y mandarlo al olvido. No hay nada que rescatar de una temporada en que todo ha salido rematadamente mal, año en que lo único bueno ha sido que, por lo menos, no se pelea por el descenso sino por un cupo a torneo internacional, quizás mucho premio para esta campaña.
El resto es para sentarse en la vereda y llorar sin consuelo, y no solo por los resultados deportivos. Este año fue la primera vez que se perdió un punto por el asunto de los roles de pagos, ¡sin apelar!
Luego, la campaña electoral ha sido tan agresiva que afectó a la plantilla, nerviosa por los anuncios de que vendrán jugadores (‘cracks históricos’ dicen), entrenadores e incluso expertos en juveniles.
Eso debe molestar a jugadores que no han recibido a tiempo sus salarios y a aquellos que no tienen claro si seguirán o no. ¡Qué error organizar las elecciones en pleno torneo!
Sigamos.
Se trajo al ‘Guardiola de Uruguay’ pero más se parece al ‘Floro de Montevideo’. Tras caer categóricamente ante el Cuenca, el entrenador solo pudo decir que no sabe qué hacer. Y si el DT no sabe, entonces quién.
Para colmo, en un déjà vu doloroso, otra vez se contempla al rival de blanco avanzando sin problemas al título, con el entrenador que Barcelona trajo (y despreció) y con jugadores que pasaron por el ‘Ídolo’ (y fueron despreciados).
Para redondear la faena, el rival de blanco le ha ganado los tres partidos hasta ahora. Auch.
¿Se puede estar peor? Por supuesto: las elecciones en las que votan casi 3 200 socios (¡muy pocos para un equipo con tanta hinchada!)pueden poner fatalmente el club al servicio de los políticos, como en la era del ‘Loco que Ama’, la que inició este desbarajuste financiero . Sí, se puede estar peor.