Los hinchas alemanes vieron el partido en la casa Humboldt. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO
.log-gg{
width:20%;
}
.log-gg img{
padding-right: 10px;
}
Frank Alt, alemán de 45 años, vive en Ecuador desde el 2013 y extraña varias de las tradiciones de su país. Por eso el aficionado fue e la Casa Humboldt. Quería disfrutar el paso de su selección a los cuartos de final con sus compatriotas.
Alt contó a este Diario que en Alemania el fútbol se vive con gran intensidad. Se colocan varias pantallas gigantes en las calles y todas las personas salen a mirar los partidos de su selección. Además, disfrutan de embutidos y la clásica cerveza alemana.
“Esas cosas se extrañan. Es por eso que todos venimos acá. Queremos recrear lo que pasa en nuestro país pero en forma más pequeña”, indicó el aficionado.
Y, así fue. Los hinchas europeos coparon el centro cultural capitalino y gritaron por su país. Todos vistieron camisetas de la seleccion. Bebieron varias botellas de cervezas y disfrutaron de la gastronomía de su país: salchichas, pretzels, ensaladas y postres.
La Casa Humboldt también se adornó. Los pasillos, mesas y paredes del recinto capitalino se visitieron de negro, rojo y amarillos. Además, las arengas germanas, cantadas en su idioma tradicional, se escucharon hasta los exteriores del lugar.
Karin von Loebenstein es una fanática del fútbol y del Ecuador. La alemana de 48 años llegó a Quito hace tres años y nunca más se fue. Se enamoró de los paisajes y la “gente linda” de esta parte del mundo.
Ella sufrió una decepción con la eliminación de la Tricolor en el Mundial. Aunque sabe que era difícil, su ideal era mirar una final Alemania-Ecuador en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Ahora, su favorito es su país. Piensa que el equipo de Joachim Low no es el mejor de la historia de su país. Le falta mayor efectividad en varios puntos de la cancha. Pero, también es consciente de que el juego ha ido mejorando y podría ser campeón.
Alt coincide con ese criterio. Él quedó muy preocupado con el juego desplegado por su país en el duelo de octavos de final ante Argelia. Sin embargo, luego de mirar el choque ante Francia se volvió a ilusionar con una posible vuelta olímpica en territorio sudamericanos.
Varios ecuatorianos también alientan a Alemania. Mónica Coello y Mateo Jarrín gritaron el gol de la victoria de Matt Hummels. Ellos vivieron en la India por varios años y ahí hicieron muchos amigos alemanes. Ahora quieren que ese país sea el campeón mundial.
Con el pitazo final del árbitro argentino Néstor Pitana todos saltaron. La cerveza se mezcló con el aire y todos los hinchas volvieron a hacer retumbar las paredes con el “Deutschland… Deutschland…”. Una vez más están en semifinales y vuelven a soñar con la gloria mundial.