La atleta se entrena en la pista de Los Chasquis, en La Vicentina, de propiedad de la Concentración Deportiva de Pichincha. Foto: EL COMERCIO
Winnie Castillo se define como una chica “normal”. Tiene una esbelta figura, le encanta la playa, la música romántica… Y sobre todo es perseverante.
Su amiga Juliana Angulo, también atleta y su entrenador Rubén Herrada la definen como disciplinada, con fuerza física y mental. “Y si el entrenador le ayuda a corregir la técnica llegará muy lejos”, argumenta Angulo.
Esas particularidades, precisamente, le permiten a la atleta de 21 años integrar el grupo de personas que practican heptatlón en la pista de Los Chasquis, en La Vicentina.
El heptatlón es una competición combinada de atletismo que consta de siete pruebas diferentes que se realizan en dos días consecutivos. En el caso de los varones se llama decatlón (10 pruebas).
Castillo nació en Guayaquil y se vinculó al deporte cuando tenía 9 años. Hasta hace dos años era vallista, pero tras una operación de ligamentos cruzados y de meniscos, optó por esta nueva disciplina que le toma perfeccionarla, entre cinco y siete horas diarias .
Los entrenamientos son intensos. La primera jornada de trabajo para Castillo empieza a las 08:00 y termina al mediodía. A las 15:00, después del almuerzo, vuelve a la pista. Abandona las prácticas a las 18:30. Los atletas solo disponen de una tarde libre para recuperarse y ganar energía.
El heptatlón apareció en los Juegos Olímpicos de Tokio de 1954. Esa disciplina está incluida en el programa de atletismo en los Juegos Olímpicos y en el Campeonato Mundial de Atletismo que organiza la IAAF.
Las pruebas son las siguientes: 100 metros vallas, salto alto, lanzamiento de peso, 200 metros lisos, salto largo, lanzamiento de jabalina y 800 metros lisos. Las tres últimas se realizan en el segundo día de competencias. Todas son importantes porque entregan puntos que al final son sumados para la clasificación.
Castillo tiene contento al entrenador venezolano con su desempeño en las vallas y en las pruebas de velocidad. Sin embargo, cuenta que le hace falta perfeccionar el resto de obstáculos para dar otros pasos hacia la excelencia.
El heptatlón es una disciplina “fuerte”, argumenta Herrada, y se necesita muchas horas de práctica para lograr la excelencia.
Además, de eso se requiere fuerza de voluntad para cumplir con los objetivos.
La atleta le gusta esta actividad por las dificultades frecuentes que presenta, pero no se asusta. Ella confía en su talento y para continuar con los entrenamientos se apoya en el sexto lugar que alcanzó en los Juegos Panamericanos que se realizaron en Uruguay, el anterior fin de semana. También en el título del campeonato Nacional Sub 23, que logró hace 45 días en Cuenca.
La deportista guayaquileña sumó esos logros después de cinco duros meses de entrenamiento, cuando Herrada se vinculó a la Concentración Deportiva de Pichincha. Es por eso que el entrenador cree que con más horas de práctica su pupila se destacará en las nuevas pruebas. Por ahora, la preparará con la intención de clasificarla a los Juegos Panamericanos, previstos en Toronto, el próximo año.
Para alcanzar un cupo, Castillo debe superar los 5 000 puntos. Ahora tiene 4 662. Además del trabajo en la pista, también sumará horas de entrenamiento en el gimnasio, vitales para ganar fuerza y poder impulsar la bala (4 kilogramos) y la jabalina (600gramos).