La excapitana de la selección se siente a gusto en su primera experiencia como profesional. Foto: Cortesía de Ligia Moreira
Ligia Moreira dejó en segundo plano su carrera universitaria para cumplir su sueño de jugar fútbol profesional. La excapitana de la selección ecuatoriana lleva cinco meses jugando en Colombia, con la camiseta de las Patriotas de Boyacá.
A inicios del 2017 en Colombia se inauguró una Liga Profesional Femenina, y los clubes buscaron refuerzos en Ecuador. Así le llegó la propuesta, que aceptó sin pensarlo, pese a que aún no finalizaba sus estudios en Periodismo.
Su representante Édgar Merino fue quien habló con el club, en enero, y luego conversó con ella y su familia. Al principio, los hermanos y padres de la jugadora estaban inseguros del proyecto.
Gisela Moreira, hermana mayor de la deportista, cuenta que la principal duda que tenían era porque la exseleccionada aún no finalizaba su carrera universitaria. Además tendría que irse a vivir sola a un país que no conocía.
Moreira estudiaba en la Universidad Católica de Guayaquil y solo le faltaba un semestre para egresar, luego de eso debía realizar una tesis para ser Licenciada en Periodismo.
“El periodismo entra en el segundo plano cuando juego fútbol”, contó la deportista a este Diario, en una conversación mediante Whatsapp. Antes de irse, también trabajaba en los programas deportivos en el canal de televisión que tiene la universidad.
Cuenta que no extraña el periodismo, porque su primer objetivo siempre fue jugar fútbol profesional. A pesar de eso, prevé retomar sus estudios a futuro. En Patriotas se ganó un puesto en el equipo titular, gracias a su técnica y temperamento.
La zaguera central jugó los nueve partidos de su equipo este año. “En lo personal me va bien, pero el equipo está mal en la tabla”, contó. Patriotas ocupa el quinto puesto en un grupo de seis equipos y sus posibilidades de pasar a la siguiente fase son mínimas.
‘Gigi’, como le dicen de cariño, ya está adaptada a su nueva casa. Ella vive en Duitama, a dos horas de Bogotá. Conoce bien la localidad y está tranquila con el hecho de vivir sola, por primera vez.
A pesar de eso, confiesa que extraña pasar tiempo con su familia y amigos. Allá conversa seguido con Mayra Olvera, también mundialista ecuatoriana, que milita en el Deportivo Pasto, desde enero.
Se escribe a menudo con sus hermanos, con quienes vivía en Guayaquil. A ellos les cuenta todo. Están al tanto de su alimentación, sus resultados…
Su hermana Gisela está tranquila porque el club colombiano está pendiente de la alimentación de ‘Gigi’. “Le dan las tres comidas y todo en concordancia con nutricionistas, están pendientes de ella y eso me deja tranquila”, dijo.
Moreira contó que la diferencia entre el balompié femenino en Colombia y Ecuador, es la constancia en los entrenamientos. “Como profesionales nos entrenamos a diario, con alta intensidad, en Ecuador no es así. Pero de ahí las condiciones de las jugadoras de ambos países son similares”, dijo.
Las hermanas tienen una escuela de fútbol femenino en Guayaquil, de nombre Moreira. Al momento cuentan con 50 chicas y participan en campeonatos locales.
Ligia está pendiente del negocio desde Colombia, según contó Gisela. El mes pasado estuvo de visita en el país y fue a la cancha para saludar con las estudiantes. Les dio una charla de motivación.