La selección argentina entrena hoy a puertas cerradas para buscar contrarreloj la fórmula que le permita hallar un sistema de juego colectivo a sus estrellas, ante la urgencia de un triunfo frente a Costa Rica que le dé una agónica clasificación a cuartos de final de la Copa América.
El combinado de Lionel Messi necesita además recomponer su relación con la afición local, un vínculo que se quebró como pocas veces este miércoles con otro decepcionante empate, esta vez sin goles con Colombia.
El plantel dirigido por Sergio Batista se fue silbado e insultado del estadio de Colón de Santa Fe, con un abatido Messi muy lejano del nivel que despliega en el Barcelona. Las tribunas, que mostraron primero un aval incondicional, clamaron luego incluso por el retorno de Diego Maradona a la dirección técnica, un año después que pidieran su alejamiento tras el fracaso en Sudáfrica 2010.
Batista analiza cambios en la alineación, aunque renovó su apuesta por su estrategia, que en la Copa América 2011 aún no obtuvo resultados. “Tengo confianza en el trabajo que estamos haciendo y en los jugadores”, aseguró. “Estamos un poco lentos de mitad de cancha para delante, pero vamos a tratar de respetar esa idea, aunque nos está costando, nos desordenamos y nos comenzamos a desesperar”, advirtió “Checho”.
Batista no descartó cambiar de esquema, poner a dos volantes con Javier Pastore “para asociarse con Lionel” o “un número nueve que esté entre medio de los centrales, un hombre de área”, lo que podría hacerle un lugar a Gonzalo Higuaín en el once titular, por ejemplo.
Otro factor determinante será intentar reanimar a Messi en estos días que restan hasta “la final” del lunes ante Costa Rica, como definió el entrenador. Leo no es la figura indicada para ponerse a un equipo desordenado y desesperado al hombro, sino la estrella desequilibrante que necesita asistencia y un juego colectivo que Argentina todavía no halló.
La selección anfitriona inició el torneo sudamericano como una de las favoritas y hoy debe pelear por entrar como sea al cuadro de cuartos. Enfrente tendrá a un combinado Sub-22 de Costa Rica que no debería representar un desafío irremontable, pero desde el banco el técnico argentino Ricardo La Volpe podría complicarle el trámite a los albicelestes.
Argentina depende de sí misma para clasificar por el Grupo A. Lo logrará con un triunfo en Córdoba, mientras que un empate pondría las cosas un poco más difíciles. Una derrota será sin embargo su despedida en primera ronda.
El objetivo inicial de Batista era “no llegar a la tercera fecha para definir”, según había anticipado sólo días atrás. Las contradicciones en sus declaraciones y sus resultados se siguen acumulando. Ahora no tiene otra opción que hacer cirugía mayor para reanimar a un plantel que salió de Santa Fe desahuciado. “Tenemos que encontrar el buen fútbol porque así no llegan los resultados. No vamos a salir a ganar como sea”, anticipó.